El lobo y la paloma de Kathleen Woodiwiss
Haz alterado mis costumbres y mi forma de vida. Cuando no deseaba formular ningún voto que me atara, me hiciste pronunciarlo para no perderte. Cuando admití que no me gustaba hacer regalos a las mujeres, nada pediste, pero me jugaría la vida para poder calzar tus pies, y lo haría con gusto. —Rio melancólicamente—. Ahora me entrego a ti para que guíes mis pies errantes y cuides de mi alma indefensa.
|