Rayuela de Julio Cortázar
Y si nos mordemos el dolor es dulce, y si nos ahogamos en un breve y terrible absorber simultáneo del aliento, esa instantánea muerte es bella.
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Rayuela de Julio Cortázar
Y si nos mordemos el dolor es dulce, y si nos ahogamos en un breve y terrible absorber simultáneo del aliento, esa instantánea muerte es bella.
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Rayuela de Julio Cortázar
A Oliveira lo fascinaban las sinrazones de la Maga, su tranquilo desprecio por los cálculos más elementales.
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Rayuela de Julio Cortázar
Llegué a aceptar el desorden de la Maga como la condición natural de cada instante (...)
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Rayuela de Julio Cortázar
La Maga no sabrá nunca cómo su dedo apuntaba hacia la fina raya que triza el espejo, hasta qué punto ciertos silencios, ciertas atenciones absurdas, ciertas carreras de ciempiés deslumbrado eran el santo y seña para mi bien plantado estar en mí mismo, que no era estar en ninguna parte.
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Clases de literatura de Julio Cortázar
El hecho de que un escritor que se considere comprometido, en el sentido de solamente escribir sobre su compromiso, o es un mal escritor o es un buen escritor que va a dejar de serlo porque se está limitando, está cerrando totalmente el campo de la inmensa realidad que es el campo de la escritura y de la literatura y se está concentrando exclusivamente en una tarea que probablemente los ensayistas, los críticos y los periodistas harían mejor que él.
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Clases de literatura de Julio Cortázar
Una vez un periodista me preguntó el famoso juego de si tuvieras que estar solo en una isla desierta qué llevarías. Le dije: Para tu sorpresa no llevaría libros, llevaría discos porque si voy a estar solo en una isla desierta prefiero tener música que literatura.
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Clases de literatura de Julio Cortázar
Hay realidades que hacen todo lo posible por expulsar la literatura.
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Clases de literatura de Julio Cortázar
Una novela no me dará jamás la idea de una esfera; me puede dar la idea de un poliedro, de una enorme estructura.
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La vuelta al día en ochenta mundos de Julio Cortázar
Siempre he sabido que las grandes sorpresas nos esperan allí donde hayamos aprendido por fin a no sorprendernos de nada, entendiendo por esto no escandalizarnos frente a las rupturas del orden.
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Bestiario de Julio Cortázar
Nos gustaba la casa porque aparte de espaciosa y antigua (hoy que las casas antiguas sucumben a la más Ventajosa liquidación de sus materiales) guardaba los recuerdos de nuestros bisabuelos, el abuelo paterno, nuestros padres y toda la infancia.
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Bestiario de Julio Cortázar
Cuidamos las mancuspias hasta bastante tarde, ahora con el calor del verano se llenan de caprichos y versatilidades, las más atrasadas reclaman alimentación especial y les llevamos avena malteada en grandes fuentes de loza; las mayores están mudando el pelaje del lomo, de manera que es preciso ponerlas aparte, atarles una manta de abrigo y cuidar que no se junten de noche con las mancuspias que duermen en jaulas y reciben alimento cada ocho horas.
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Bestiario de Julio Cortázar
Cuando siento que voy a vomitar un conejito, me pongo dos dedos en la boca como una pinza abierta, y espero a sentir en la garganta la pelusa tibia que sube como una efervescencia de sal de frutas. Todo es veloz e higiénico, transcurre en un brevísimo instante. Saco los dedos de la boca, y en ellos traigo sujeto por las orejas a un conejito blanco.
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Historias de cronopios y famas de Julio Cortázar
Llegado el llanto, se tapará con decoro el rostro usando ambas manos con la palma hacia dentro. Los niños llorarán con la manga del saco contra la cara, y de preferencia en un rincón del cuarto. Duración media del llanto, tres minutos. |
Historias de cronopios y famas de Julio Cortázar
Un señor está extendiendo pasta dentífrica en el cepillo. De pronto ve, acostada de espaldas, una diminuta imagen de mujer, de coral o quizá de miga de pan pintada |
Historias de cronopios y famas de Julio Cortázar
Las escaleras se suben de frente, pues hacia atrás o de costado resultan particularmente incómodas |
Historias de cronopios y famas de Julio Cortázar
Y allá en el fondo está la muerte si no corremos y llegamos antes y comprendemos que ya no importa.
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Historias de cronopios y famas de Julio Cortázar
Soy el oso de las cañerías de la casa, subo por los caños en las horas de silencio, los tubos de agua caliente, de la calefacción, del aire fresco, voy por los tubos de departamento en departamento y soy el oso que va por las cañerías.
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Historias de cronopios y famas de Julio Cortázar
Es curioso que a mí estar de espaldas me resulte la posición más natural, y a veces sospecho que mi tía le tiene horror por eso. Yo la encuentro perfecta, y creo que en el fondo es la más cómoda. |
Historias de cronopios y famas de Julio Cortázar
En casa del Jacinto hay un sillón para morirse. Cuando la gente se pone vieja, un día la invitan a sentarse en el sillón, que es un sillón como todos pero con una estrellita plateada en el centro del respaldo. La persona invitada suspira, mueve un poco las manos como si quisiera alejar la invitación y después va a sentarse en el sillón y se muere. |
Historias de cronopios y famas de Julio Cortázar
A un señor le cortaron la cabeza, pero como después estalló una huelga y no pudieron enterrarlo, este señor tuvo que seguir viviendo sin cabeza y arreglárselas bien o mal. |
¿Por que decidió irse al internado Miles?