Bajo el fuego y la sal de José Soto Chica
¿Si sólo tienes un dios al que rezar, que harás cuando no quiera escucharte?
|
Bajo el fuego y la sal de José Soto Chica
¿Si sólo tienes un dios al que rezar, que harás cuando no quiera escucharte?
|
Bajo el fuego y la sal de José Soto Chica
Lo más astuto que un hombre puede hacer es dejar que otro lo tome por tonto.
|
Bajo el fuego y la sal de José Soto Chica
Pero la vida es como es, y a veces el mejor negocio es no hacer negocio.
|
Bajo el fuego y la sal de José Soto Chica
Cuando el oro brilla, los aliados dejan de serlo. Cuando el oro brilla, la locura aparece.
|
Bajo el fuego y la sal de José Soto Chica
Pero la vida es como es, y a veces el mejor negocio es un hacer negocio.
|
El dios que habita la espada de José Soto Chica
¿Acaso alguna vez en la vida de un hombre existe otra opción que no sea avanzar?
|
Egilona, reina de Hispania de José Soto Chica
… pues sabía muy bien que quien traiciona una vez puede hacerlo una segunda.
|
El dios que habita la espada de José Soto Chica
A veces la verdad tiene que esperar. A veces no es conveniente que la tengamos en cuenta.
|
Egilona, reina de Hispania de José Soto Chica
Hay veces que a uno solo le queda rendirse y echarse a llorar. Cuando así te sientas, álzate y sigue luchando contra toda esperanza.
|
El dios que habita la espada de José Soto Chica
En la guerra, le decía su padre, vacilar es comenzar a morir.
|
El dios que habita la espada de José Soto Chica
La muerte es la compañera más fiel del guerrero. Y yo soy un guerrero.
|
El dios que habita la espada de José Soto Chica
La muerte es algo vivo, y esa idea le saca una sonrisa feroz, nacida de un cierto e ingobernable resentimiento; resentimiento contra la puta vida, que, al contrario que la muerte, siempre te engaña, se dice.
|
El dios que habita la espada de José Soto Chica
Soñar es desear, y a veces los deseos se convierten en sueños que se pueden tocar.
|
El dios que habita la espada de José Soto Chica
La vida lo transformaba todo y, la vida, por mucho que uno se empeñe, no se le puede llamar ruina.
|
|
El dios que habita la espada de José Soto Chica
Tras la primera victoria sobre el enemigo, magnanimidad. Tras el golpe, la caricia. Eso le decía su padre cuando lo formaba como hombre, y siempre funciona.
|
|
|
Los nombres de personajes en un libro aparecen: