El dios que habita la espada

Un solo reino, una sola ley, un único dios, un solo rey.

El dios que habita la espada es el nacimiento de algo distinto, algo nuevo. Hispania, no como territorio, sino como estado. ¡Y a mí se me pone la carne de gallina!

Don Pelayo inició la reconquista, muy bien, Leovigildo creó una nación en el culo de Europa, que más tarde, ¡cómo no! se desmembró. Pero para reconquistar antes hubo que conquistar.

He aquí. Por fin Soto hace justicia con un personaje casi olvidado.

Esta vez sí, un merecido premio, ¡¡un novelón!! Un trabajo de documentación de picapedrero, arañando aquí y allá para reconstruir una verdad, o al menos aproximarse a ella con mucho rigor.
Y también, una ficción.

José Soto recrea una alta edad media casi sin fisuras, con toda su crueldad, donde la sangre y el fuego no dan ni un solo respiro, donde la muerte es tu propia sombra...y donde la clemencia es el camino recto a la tumba.

Explícito, sin escatimar, generoso en las masacres, tripas, ojos, sesos. Trozos de aquí y allá. Carnicero. Como debe ser. Porque en el siglo VI, en esta España la única forma de sobrevivir era matar.

Leovigildo, sí, nuestro primer rey, ambicioso, implacable, despiadado, con un solo propósito. Poder. Y frente a él:

Gosvinta. La reina. Con las mismas cualidades. de día, ambos buscan la forma de asesinar a su pareja. de noche el deseo, el sexo los une, peligroso, pero con un placer tan inmenso y sincero como el odio.

La mala, o mejor con interrogación. ¿La mala? En la novela sí, hacía algún sitio ha de tender el autor para darle épica y vigor a la trama, pero en la práctica...

¿Qué diferencia al rey de la reina? Ambos luchan por el mismo fin. Un solo trono. Una sola dinastía.

Y Valtario, el brazo ejecutor, la espada, guerrero infatigable, con su propio código de honor pero con el mismo sueño que un rey que sin embargo no dudará ordenar su muerte si deja de serle útil.

Es solo el principio...traición, cambios, guerra, sangre ( mucha) batallas, honor, amor, la España Visigoda que Roma abandonó. La edad media más oscura y cruel.

He disfrutado como un enano. Hay una pequeña parte que roza la fantasía. Magia. Pero en las notas, el autor las justifica, pues formó parte de aquella época.


Por lo demás...novela histórica de manual. Donde prevalece la épica al documental.
¡¡Galoparás!!

Hispania, finales del s. VI. La península está dividida en diversos imperios entre ellos se encuentran los Godos que llevan ya dos siglos intentando hacerse con el poder de las antiguas provincias romanas de Hispania. Pero estos, completamente incapaces de mezclase con las gentes de la provincia, no llegan jamás a conseguir el verdadero poder hasta la llegada de Leovigildo.
Leovigildo fue un rey godo que gracias a su astucia y fuerza militar fue capaz de unificar todos les territorios hispanos en uno solo; donde las diferentes gentes sean capaces de vivir y regirse por un mismo reino y unas mismas normas. Todo esto Leovigildo lo irá consiguiendo a pesar de su lucha por el poder del reino que mantendrá con Gosvinta, y a pesar de la guerra civil que se fue gestando contra su primogénito Hermenegildo.
La verdad es que la trama para cualquier amante de la novela histórica promete y cumple. La ambientación de la época y la creación de los diferentes personajes me parece maravillosa.
La narración es muy amena y verdaderamente intensa. El escritor sabe como encandilar y mantener al lector completamente atrapado.
Quizás y por ponerle un pero, creo que a veces pierde fuerza la narración el las batallas y no por defecto, sino por exceso; en algunos puntos creo que ha pecado de dar demasiadas explicaciones innecesarias.
Por lo general, un libro fantástico y muy instructivo para aquellos que como yo, desconocen en gran medida el paso de los godos por Hispania.

Aprovechando que esta próxima semana da comienzo la edición XXIII de la Semana de la Novela Histórica de Cartagena quise leer "El Dios que habita la espada" de José Soto Chica, novela que tenía muchas ganas de leer y que hasta ahora no lo había hecho. Me ha agradado y mucho. Además, quiero destacar que habla de un pueblo histórico que, desde que tengo uso de razón, me ha llamado mucho la atención como tal y como me sucede con los cartagineses, romanos, vikingos, etc. En "El Dios que habita la espada" acompañamos a los visigodos durante una época en la que la traición estaba en su punto más álgido.

Quien lea "El Dios que habita la espada" conocerá como era la vida de los visigodos, como se organizaban, como se comportaban frente a sus adversarios. En definitiva, conocerá o, mejor dicho, se encontrará con una historia muy bien hilvanada en la que José Soto Chica sabe jugar a la perfección con el tempo y captar la atención del lector.

En cuanto a los personajes hay que decir que "El Dios que habita la espada" es una novela muy coral con la presencia de una infinidad de personajes históricos reales como Hermenegildo, Recaredo, etc. Lo que más me ha llamado la atención con respecto a los personajes es el odio que pueden llegar a tener las personas con gente de su propia familia, odio que en muchas ocasiones conducen hasta la muerte, y en aquella época en la que trata la novela, este odio lleva a las traiciones entre familias, a la muerte de la propia familia, amigos, conocidos, etc.

En definitiva, lean a José Soto Chica. Lean "El Dios que habita la espada" y disfriten de la novela histórica.