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El Periquillo Sarniento de José Joaquín Fernández de Lizardi
Los hombres, hijos míos, son como los libros. Ya sabéis que no hay libro tan malo que no tenga algo bueno; así los hombres, no hay uno tan perverso, que tal cual vez no tenga algunos buenos sentimientos; y en esta inteligencia, el mayor pecador, el más relajado y libertino puede darnos un consejo sabio y edificante.
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El Periquillo Sarniento de José Joaquín Fernández de Lizardi
Es una torpeza pretender que en nosotros se corrija un vicio que ha crecido con la edad. Lo seguro es instruir a nuestra juventud en el modo de andar derechos, para que enmendando ellos este despilfarro, enseñen después a sus hijos y se logre desterrar para siempre de nuestra posteridad este maldito modo de andar.
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El Periquillo Sarniento de José Joaquín Fernández de Lizardi
Si mi primer maestro no era para el caso por indulgente, éste lo era menos por tirano; si aquél era bueno para mandadero de monjas, éste era mejor para cochero o mandarín de obrajes. Es un error muy grosero pensar que el temor puede hacernos adelantar en la niñez si es excesivo. |
El Periquillo Sarniento de José Joaquín Fernández de Lizardi
El que se mete a hacer lo que no entiende, acertará una vez, como el burro que tocó la flauta por casualidad; pero las más ocasiones echará a perder todo lo que haga.
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¿Qué objetousaron como traslador en el Mundial de Quidditch?