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El Paraíso perdido de John Milton
Quien dentro de sí lleva el infierno tampoco puede de sí mismo huir aunque de lugar cambie.
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El Paraíso perdido de John Milton
Al ser humano le es muy difícil deducir cómo inició la vida humana. Pues ¿hay alguien que conozca su propio origen?
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El Paraíso perdido de John Milton
Me llevaré segura este consuelo; aunque por culpa mía se ha perdido todo, se me ha otorgado este favor, si bien que inmerecido, que de mí nacerá el linaje prometido que ha de venir a restaurarlo todo |
El Paraíso perdido de John Milton
Tales eran estos gigantes, hombres de gran fama; pues en aquellos tiempos solamente el poder se admirsría y tendría por valor y por virtudes heroicas; ganar batallas, someter naciones, y regresar con el botín después de haber matado una infinidad de hombres, esto es lo que iba a ser considerado como la cumbre de la gloria humana, y por la gloria del triunfo conseguida serían llamados conquistadores, patronos de la humanidad, y dioses, e hijos de dioses, cuando mejor fuera llamarlos azote y plaga del hombre |
El Paraíso perdido de John Milton
¡Qué lástima y vergüenza, que aquellos que a vivir bien empezaron abandonen su senda para andar por torcidos caminos, o desmayen a mitad de destino! Sin embargo, sigo viendo que todas las desdichas del hombre proceden del mismo sitio, y tienen su comienzo en la mujer |
El Paraíso perdido de John Milton
Estas ruedas que viste de mujeres tan hermosas que diosas parecían, tan joviales, lisonjeras y ufanas, están vacías de las cualidades en que se basa el honor de una mujer y constituye su principal elogio; pues han sido criadas y educadas para el goce del lascivo apetito, cantar, bailar, vestirse, y mantener la lengua activa y mover los ojos |
El Paraíso perdido de John Milton
No ames ni aborrezcas tú la vida; vive bien, la que el Cielo te conceda, sea larga o sea corta |
El Paraíso perdido de John Milton
Ésta es la ancianidad; mas para ello habrás de rebasar tu juventud, tu fuerza y tu belleza, que verás tornar mustia, debilitada y gris; los sentidos, entonces embotados, rehuirán los placeres que gozaste, y en vez del soplo de la juventud, esperanzado y jubiloso un día, en tu sangre la melancolía estéril y del frío humedecida, abatirá tu espíritu, y por último consumirá el bálsamo de tu vida |
El Paraíso perdido de John Milton
En espíritu acaso también vio el rico México, de Montezuma sede, y Cuzco en el Perú, morada de Atabalipa, todavía mas rica, y la Guayana aúno no saqueada, y a cuya ciudad llaman El Dorado los hijos de Gerión |
El Paraíso perdido de John Milton
No te lamentes, Eva: con paciencia renuncia a lo que merecidamente has perdido; tu corazón no pongas demasiado encarecido en aquello que no es tuyo; tampoco partes sola, pues contigo partirá tu marido, y a él has de seguie; doquiera que vaya, piensa que aquél será tu natal suelo |
El Paraíso perdido de John Milton
Al principio, yo le creé dotado de dos preciosas dádivas, la dicha y la inmortalidad: por su imprudencia perdió aquélla, no le serviría ésta sino para eternizar su dolor hasta que yo la muerte le enviara |
El Paraíso perdido de John Milton
Creó esta novedad aquí en la Tierra, este hermoso defecto de Natura, y no llenó súbitamente el Mundo de hombres como ángeles sin hembras, o cómo no dispuso de otro medio de propagar la humanidad? Entonces no hubiera ocurrido esta desventura, ni muchas otras que sucederá, innumerables disturbios en la Tierra causados por engaños femeninos |
El Paraíso perdido de John Milton
¿Quién habrá que en edades venideras, al sentir sobre él el mal legado por mí, no deteste mi memoria? "¡Maldito nuestro indigno antecesor! A Adán le debemos dar las gracias" |
El Paraíso perdido de John Milton
¡Qué desgracia después de tanta dicha! ¿Es éste el fin de este glorioso Mundo y de mí, que hasta hace poco era la gloria de esa gloria? Maldecido me he vuelto ahora, antes tan bendito |
El Paraíso perdido de John Milton
Encantos ciertamente poseía, y belleza para atraer tu amor, no para sojuzgarte, y sus dones eran buenos para ser gobernados, mas no para regir, la autoridad era atributo tuyo personal, de haberte conocido rectamente |
El Paraíso perdido de John Milton
Mi voz has oído tú frecuentemente y nunca te ha causado susto alguno, más bien te ha alegrado; ¿qué sucede que ahora se ha vuelto tan espantosa? ¿Y quién te ha dicho a ti que vas desnudo? ¿Has comido del árbol prohibido? |
El Paraíso perdido de John Milton
Tan pronto como la mala noticia de la Tierra llegó al portal del Cielo todos los que la oyeron se apenaron; la tristeza esta vez ensombreció los semblantes celestes, que, sin embargo, no turbaba su gloria |
El Paraíso perdido de John Milton
Si lo producen todo ¿Quién encerró la ciencia del bien y del mal en este árbol, de tal suerte que quienes comen de su fruto obtienen la sabiduría sin permiso suyo? |
El Paraíso perdido de John Milton
Te observan tanto más te admiran; pero aquí en este recinto silvestre, entre bestias, espectadores rudos, que distinguir no pueden la mitad de tu belleza, excepto un hombre ¿quién te ve? ¿Y qué significa uno solo? Cuando como una diosa deberías figurar entre dioses, adorada y servida por una multitud de ángeles, tu séquito habitual |
¿Por que decidió irse al internado Miles?