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Trieste o el sentido de ninguna parte de Jan Morris
Si la raza es un fraude, la nacionalidad es una cruel pretensión.
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Calificación promedio: 5 (sobre 10 calificaciones)
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Trieste o el sentido de ninguna parte de Jan Morris
Si la raza es un fraude, la nacionalidad es una cruel pretensión.
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Trieste o el sentido de ninguna parte de Jan Morris
En cuanto a mí, cuando las manecillas de mi reloj se muevan por última vez, cuando el ángel haya regresado al cielo y el pescador de caña haya recogido sus enseres por esa noche y se haya ido al pub, apareceré jubilosa en los dos lugares que más alegremente se han aparecido ante mí. Pasaré la mayor parte de mi tiempo en el más allá paseando con mi amor a orillas del río Dwyfor; pero de vez en cuando podréis encontrarme en una barca bajo los muros de Miramar, observando las bandadas de ruiseñores.
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Trieste o el sentido de ninguna parte de Jan Morris
A veces pienso que el amor pasajero, el que está encarnado en una sola noche de pasión o en una simple mirada al pasar, no es menos real que el que dura toda la vida. ¡Hasta el amor imaginado es verdadero!
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Trieste o el sentido de ninguna parte de Jan Morris
El patriotismo, el amor de uno por su propia gente o por el propio país, me sigue pareciendo una emoción noble, pero, a mi juicio, el nacionalismo no se ha convertido más que en un estrecho y ofensivo chovinismo basado en tonterías.
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Trieste o el sentido de ninguna parte de Jan Morris
Hay lugares que han significado más para mí que Trieste. Mi corazón está en Gales. Crecí en una Inglaterra ya desaparecida. En Venecia he disfrutado de unos placeres más deliciosos. En Trieste jamás podré sentir la misma emoción que en Manhattan o que en Sídney. Sin embargo, aquí más que en ninguna otra parte me acuerdo de los tiempos perdidos, de las oportunidades perdidas, de los amigos perdidos, con la dulce tristeza que es onomatopéyica al lugar.
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Trieste o el sentido de ninguna parte de Jan Morris
Cuando te despides de alguien en un aeropuerto, sabes que en pocas horas podrá estar de vuelta en su hogar, pero un último beso en una estación internacional de tren es como una premonición de la eternidad.
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Trieste o el sentido de ninguna parte de Jan Morris
Si la raza es un fraude, como a menudo pienso en Trieste, entonces la nacionalidad es una cruel pretensión. No tiene nada de orgánico. Tal y como muestra la intrincada historia de este lugar, es algo desechable. Puedes cambiar de nacionalidad mediante un plumazo de notario, puedes disfrutar de dos nacionalidades al mismo tiempo o descubrir que tu nacionalidad ha sido alterada por alguien ajeno a ti, de la noche a la mañana, a manos de lejanos hombres de Estado.
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Trieste o el sentido de ninguna parte de Jan Morris
Trieste plantea tristes preguntas sobre una misma. ¿Para qué estoy aquí? ¿A dónde voy? Tuvo este efecto en mí cuando era adolescente, y ahora que he superado los setenta, a mi inmaduro modo todavía lo siento así.
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Trieste o el sentido de ninguna parte de Jan Morris
Prefiero la imagen irregular de una ciudad a un recorrido turístico, y esta es la razón de que hayamos ido serpenteando por la ciudad de esta manera descuidada.
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Trieste o el sentido de ninguna parte de Jan Morris
Lo llamo el efecto Trieste; como si durante un breve instante proverbial me hubiera escapado del tiempo a ninguna parte.
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¿Cual es el núcleo de la varita de Lucius Malfoy?