Las pruebas de James Dashner
—¿Duermes con los ojos abiertos? —le preguntó. Thomas intentó sonreír. —No. Tan solo estoy pensando en lo mucho que apesta mi vida. —La mía también. Apesta de lo lindo. Pero me alegro de estar contigo. La afirmación fue tan simple y tan dulce que Thomas cerró los ojos y los apretó con fuerza. Todo el dolor de su interior se transformó en algo hacia Brenda, casi como lo que había sentido por Chuck. Odiaba a la gente que le había hecho aquello, odiaba la enfermedad que había provocado aquella situación y quería hacer las cosas bien. Al final volvió la mirada. —Yo también me alegro. Estar solo hubiera sido muchísimo peor. |