Maze Runner 1. El corredor del laberinto de James Dashner
Durante varios segundos, Thomas sintió que el mundo se había quedado congelado. Un gran silencio siguió al ruido atronador que emitió la puerta al cerrarse y un velo de oscuridad pareció cubrir el cielo, como si hasta el sol se hubiera asustado de lo que acechaba en el Laberinto. El ocaso había llegado y las gigantescas paredes parecían lápidas en un cementerio para gigantes, plagado de hierbajos. Tomas se recostó sobre la roca áspera, abrumado por la incredulidad ante lo que acababa de suceder. Aterrorizado por las consecuencias que podía tener.
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