Los fantasmas de Fernando de Jaime Alfonso Sandoval
Todo el mundo lo sabe. Jamás eres el dueño de un gato; si bien te va, te da permiso de que lo atiendas.
|
Los fantasmas de Fernando de Jaime Alfonso Sandoval
Todo el mundo lo sabe. Jamás eres el dueño de un gato; si bien te va, te da permiso de que lo atiendas.
|
Los fantasmas de Fernando de Jaime Alfonso Sandoval
La belleza es así. Es un instante perfecto que te acompaña para siempre. Es muy complicado lograr esos instantes perfectos, por eso se vuelven tesoros en la memoria.
|
Los fantasmas de Fernando de Jaime Alfonso Sandoval
(...) pero bastaba con que me quedara solo un rato y las tristezas de "los meses de suerte fatal" volvían de golpe. (...) Todo seguía doliendo igual.
|
Los fantasmas de Fernando de Jaime Alfonso Sandoval
Entonces sentí un dolor en el estómago y otro más dentro, en el ánimo.
|
Los fantasmas de Fernando de Jaime Alfonso Sandoval
Nos miramos los dos, como en un duelo de incomodidad, a ver quién se sentía más mal.
|
Los fantasmas de Fernando de Jaime Alfonso Sandoval
Nunca había sentido tanto dolor, era como si mi corazón lo llenaran de chilito y limón y luego un ejército de pirañas lo masticara.
|
Los fantasmas de Fernando de Jaime Alfonso Sandoval
De inmediato desconfié, cuando las mamás dicen que algo es útil, están pensando en ellas mismas o es algo muy, pero muy aburrido.
|
Los fantasmas de Fernando de Jaime Alfonso Sandoval
—Hijo, por favor —tomó mucho aire, como si hubiera partículas de paciencia flotando por ahí—. Solo estás pasando por un mal momento.
|
Los fantasmas de Fernando de Jaime Alfonso Sandoval
—El resultado es inapelable —dijo ya un poco impaciente—. ¿Sabes qué significa inapelable? No sabía, pero imaginé que era "largo de aquí y no molestes". |
Los fantasmas de Fernando de Jaime Alfonso Sandoval
¿Lloré? Digamos que todavía lo hago, así que me van a disculpar si dejo correr un velo en este asunto y seguimos adelante, porque ningún lector va a querer leer páginas y páginas sobre un muchacho que llora por su perro. Solo el que conoce de amores y pérdidas perrunas me entiende.
|
Los fantasmas de Fernando de Jaime Alfonso Sandoval
La vida se le salió a trocitos en cada respiración y una mañana que volví de la escuela lo encontré muy quieto. Estaba ahí, pero también ya no.
|
Doce sustos y un perico de Jaime Alfonso Sandoval
"En la carrera de los Doce sustos no hay nada bonito... Te apuesto será terrorífico como todo lo que hemos vivido."
|
|
Padres Padrísimos, S.A. de Jaime Alfonso Sandoval
Sucede como con los juguetes: siempre el que tiene el vecino está mejor , es más bonito o resulta de mejor calidad.
|
Mundo Umbrío I: Las dos muertes de Jaime Alfonso Sandoval
Lina sentía miedo, pero también un extraño alivio: tal vez su padre fuera un vampiro, estaba en medio de la vida y la muerte y ocultaba oscuros secretos, pero, vamos, ¡aún tenía papá! Además, ¿qué papá era perfecto? Con tantos padres desobligados, con vicios y de mal carácter, un padre vampiro que se escape de la morgue tampoco es gran cosa (muchos otros también escapan, pero a la cantina).
|
Mundo Umbrío I: Las dos muertes de Jaime Alfonso Sandoval
Los regalos deben quedar en la memoria, no en la piedra.
|
Los fantasmas de Fernando de Jaime Alfonso Sandoval
La belleza es así. Es un instante perfecto que te acompaña para siempre.
|
Los fantasmas de Fernando de Jaime Alfonso Sandoval
Lo malo de compartir un secreto es que la curiosidad, en lugar de extinguirse, crece como un incendio.
|
Mexicoland de Jaime Alfonso Sandoval
-Tuvimos que modificar algunas cosas, jejé...Por desgracia los mayas eran muy sanguinarios, no tienen idea, amiguitos, les fascinaba degollar gente y hacer algunas extracciones de corazón, ahogamientos, ¡Una cosa muy bárbara! Hemos aligerado los espectáculos para el gusto de los extranjeros. Nuestros mayas son cósmicos, pacíficos y veganos. ¡Mejor que los originales!
|
Mexicoland de Jaime Alfonso Sandoval
-Eso es importante...El trabajo nos hace mejores novomexicanos... -Has dicho una gran verdad, jovencito...Es lo que hace grande a México Nuevo; el trabajo arduo y la honradez intachable |
¿Quién escribió la saga?