Los fantasmas de Fernando de Jaime Alfonso Sandoval
¿Lloré? Digamos que todavía lo hago, así que me van a disculpar si dejo correr un velo en este asunto y seguimos adelante, porque ningún lector va a querer leer páginas y páginas sobre un muchacho que llora por su perro. Solo el que conoce de amores y pérdidas perrunas me entiende.
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