Un mal necesario de Ian Tregillis
—Si conocieras el futuro, todo lo que va a suceder, significaría que todo está predestinado. —¿Y cómo sabes que no es así? —Eso conllevaría que no existe lo que llamamos libre albedrío. Gretel arrugó la frente como si acabara de oír una majadería. —Yo tengo libre albedrío —dijo. —Vale. Y yo también. Una extraña sonrisa asomó a sus labios mientras lo contemplaba. —¿Estás seguro? —Por supuesto que sí. —Sabía que dirías eso. |