La guerra más fría de Ian Tregillis
Sin embargo, Will cayó en la cuenta de que prefería con mucho tener a su antiguo enemigo protegiéndolo, en lugar de a su antiguo amigo y aliado. Una parte de él albergaba el secreto temor de que Marsh sucumbiera a la furia y rajara el cuello de Will en plena noche. Los nazis por lo menos eran disciplinados.
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