Semillas amargas de Ian Tregillis
—¿Entiendes que esto debe quedar entre nosotros dos? A pesar de lo que dictaba su sentido común, Will estaba intrigado. Accedió con un solemne asentimiento de cabeza. —¿Qué dirías si alguien te hablara de un hombre que estalló en llamas? De manera espontánea; sin advertencia. Will lo miró fijamente durante un buen rato. Lleno otra vez su taza. Dio un largo trago mientras pensaba. El té se había entibiado. —¿Fuego, dices? —Como una bengala. Eso sí que era fascinante. Macabro, pero fascinante. Will se sentía como un personaje de novela barata de misterio. |