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Escucha la canción del viento y Pinball 1973 de Haruki Murakami
Era una buena pregunta, pero no conocía la respuesta. Las buenas preguntas nunca tienen respuesta.
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Escucha la canción del viento y Pinball 1973 de Haruki Murakami
Después, como si cortara la corriente, apagó todas las luces del interior de su cabeza y enterró su corazón en una nueva oscuridad.
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Escucha la canción del viento y Pinball 1973 de Haruki Murakami
Lo que sentí en aquellos momentos no se puede explicar con palabras. No, es que ni siquiera era una sensación. Era el tacto de algo que me arropada, que me envolvía por completo.
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Escucha la canción del viento y Pinball 1973 de Haruki Murakami
Lo bueno de la cerveza es que acabas meándola toda. Es como una jugada doble de la primera base. Que todo queda en nada.
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Escucha la canción del viento y Pinball 1973 de Haruki Murakami
Quien tiene el corazón oscuro sólo puede tener sueños oscuros. Quien los tiene aún más oscuros ni siquiera sueña.
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Escucha la canción del viento y Pinball 1973 de Haruki Murakami
El acto de escribir, justamente porque es un acto, consiste en medir la distancia que existe entre el yo y las cosas que nos rodean.
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Escucha la canción del viento y Pinball 1973 de Haruki Murakami
Con los ojos cerrados, sin pensar en nada, podía sentir cómo el tiempo atravesaba su cuerpo como una suave corriente de agua. Podía dejar que transcurrieran así horas, días, semanas.
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La caza del carnero salvaje de Haruki Murakami
Tenía la sensación de que, si yo fuese un niño, no me gustaría ser hijo de un padre como yo.
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La caza del carnero salvaje de Haruki Murakami
Cuando nos conocimos tuve la impresión de que necesitaba su irrealidad para superar la mía. Por eso me enamoré de él.
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La caza del carnero salvaje de Haruki Murakami
Lo único que noto es que el caos ha cambiado de forma. La jirafa y el oso de han intercambiado los sombreros; y el oso y la cebra, las bufandas.
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La caza del carnero salvaje de Haruki Murakami
Era tan bella que me parecía irreal. De una belleza que jamás había visto o hubiera podido imaginarme. Se expandía como el universo y, al mismo tiempo, era compacta como un denso glaciar. Era excesiva, hasta resultar arrogante, y pura esencia a la vez.
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La caza del carnero salvaje de Haruki Murakami
Cuando acabé de moler los granos de café, me di cuenta de que lo que realmente me apetecía era un té con hielo. Suelo acordarme de las cosas demasiado tarde.
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Crónica del pájaro que da cuerda al mundo de Haruki Murakami
No se trata de si es mejor o peor. No es el tipo de cosas en que pueda decirse que es lo mejor y qué lo peor. No se debe oponer resistencia a la corriente: hay que ir hacia arriba cuando hay que ir hacia arriba, y hacia abajo cuando hay que ir hacia abajo. Cuando debas ir hacia arriba, busca la torre más alta y sube hasta la cúspide. Cuando debas ir hacia abajo, busca el pozo más profundo y desciende hasta el fondo. Cuando no haya corriente, quédate inmóvil. Si te opones a la corriente, todo se seca. Si todo se seca, el mundo se ve envuelto por las tinieblas. (...) - Es duro esperar hasta que salga la corriente. Pero, cuando se tiene que esperar, se tiene que esperar. Mientras tanto, es mejor hacer como que se ha muerto uno. |
Crónica del pájaro que da cuerda al mundo de Haruki Murakami
Las lágrimas, mientras caían, se bañaban en la luz de la luna y brillaban hermosas como un cristal. Y he visto que mi sombra también derramaba lágrimas. Incluso se veía, nítida, la sombra de las lágrimas. Señor “pájaro-que-da-cuerda”. ¿has visto alguna vez la sombra de una lágrima? La sombra de las lágrimas no es una sombra cualquiera. Es muy distinta. Viene de un mundo lejano especialmente para nuestros corazones. O tal vez no. Quizá las lágrimas que derrama la sombra son las auténticas y las que derramo yo son sólo la sombra. Lo he pensado entonces.
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Tokio blues de Haruki Murakami
Si bajara la guardia aunque fuera solo una vez, sería incapaz de recomponerme a mi misma.
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Tokio blues de Haruki Murakami
Si te relajas, te sientes más ligero, eso también lo sé yo. No hace ninguna falta que me lo recuerdes. Pero si ahora me relajo me haré pedazos.
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Tokio blues de Haruki Murakami
No tenemos por qué vivir haciendo balance. Si tú ahora me necesitas a mí, me utilizas sin más.
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Sueño de Haruki Murakami
En fin, sea como sea, sabe sonreír de una manera muy espontánea, como un niño. Por lo general, los hombres adultos son incapaces de sonreír así.
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Escucha la canción del viento y Pinball 1973 de Haruki Murakami
A veces tengo la sensación de que envejezco por horas. Y lo horrible de esto es que es verdad.
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¿Cuál es la profesión del narrador que encuentra el Principito en el desierto?