No soy fan de la literatura de terror. Las historias de fantasmas, casas encantadas, posesiones, muñecos diabólicos o similares no suelen terminar de llegarme, pues generalmente prefiero una justificación racional a cualquier tipo de fenómeno paranormal. Previamente había leído dos libros de Grady Hendrix que, a pesar de contar con alguno de estos elementos, me resultaron de lo más entretenidos, tanto por su planteamiento como por la forma de tratar estos temas. Es por eso que me decidí a leer “Cómo vender una casa encantada”, una historia que comenzó como un drama sobre una familia disfuncional y que terminó siendo un relato de terror surrealista con un protagonista escalofriante: Pupkin.
Cuando sus padres mueren en un accidente de tráfico, Louise es reticente a volver a Charleston. No quiere enfrentarse al domicilio familiar y a toda una vida de recuerdos. Sobre todo, no quiere reencontrarse con su hermano Mark, con el que mantiene una tensa relación, pero para poder vender la casa de sus padres, tendrá que ponerse de acuerdo con él. Con lo que no cuentan es con que la casa tiene otros planes…
La novela comienza como una historia acerca de la muerte, el dolor de la pérdida y cómo afrontarla, mostrando lo difícil que puede llegar a resultar enfrentarse a esos recuerdos de infancia, lo que puede desenterrar cosas que creías olvidadas. La tensa relación entre Louise y Mark es un buen ejemplo de las distintas formas de hacer frente a una tragedia, con momentos de verdadera tensión entre ambos.
Pero lo verdaderamente terrorífico está aún por llegar, con la casa rebelándose contra ellos de una forma que realmente llega a poner los pelos de punta (combiné la lectura con el audiolibro y no puedo dejar de señalar el magnífico trabajo de @esther__cordero en la narración. Sin duda alguna consigue elevar la experiencia de lectura a otro nivel).
La sinopsis de la novela no descubre gran cosa acerca de la trama, y creo que ese es uno de los grandes aciertos. Fue toda una sorpresa descubrir que el motivo del encantamiento de la casa era una de las cosas que más mal rollo me dan en esta vida. Pupkin es desde ya una de mis pesadillas recurrentes. 😅
Como todas las novelas del autor, la historia está imbuida de un sentido del humor que consigue romper la enorme tensión que llega a crear en determinados momentos, lo que otorga un respiro al lector y hace que la historia tenga un buen equilibrio.
El ritmo es un poco desigual, ya que hay momentos que se vuelven un poco repetitivos y que frenan de golpe la tensión creciente de la historia. Conforme se acerca el desenlace, la violencia y la angustia provocada por Pupkin y compañía harán que no puedas despegar la vista de las páginas.
“Cómo vender una casa encantada” es una historia original, divertida, rara, perversa, con una buena combinación de terror y humor, con momentos que te harán reír y otros que te pondrán la carne de gallina, y un personaje, Pupkin, de esos que resultan difíciles de olvidar.
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