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Sempiterno de Defreds
Lo que nunca va a cambiar es lo de intentar ser cada día un poquito mejor, un poquito más feliz.
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Con un cassette y un boli bic de Defreds
De memoria Aunque pases página, o quemes el libro. Aunque lo escondas en el trastero o no lo vuelvas a abrir. Aunque lo prestes intentando que no te lo devuelvan nunca más, como suele ser habitual. Aunque la historia pase de moda. Aunque la historia ya tenga una nueva historia. Siempre vas a recordar ,al menos, la mejor parte, porque te la sabes de memoria. |
Historias de un náufrago hipocondríaco de Defreds
El tiempo pasa. La experiencia sube. El desencanto también. Y todo es «bah» y seguir tirando. Y, de repente, te enamoras de nuevo. Y, joder, no puedes pararlo, no puedes controlar nada. De nada sirve ese «ahora no me quiero enamorar». «Como si pudieras controlarlo», te respondes a ti mismo. Y sonríes. |
Historias de un náufrago hipocondríaco de Defreds
Algún día entenderás que no necesito mucho. Entenderás también que no hace falta que me digas lo que somos; cada vez que nos besamos lo somos todo. Que no quiero que me preguntes cómo estoy, pero sí que dónde me gustaría estar. La respuesta es sencilla: en tus brazos, ya lo sabes. Y cuando me mires a los ojos, entenderás que no me pasa nada, me pasas siempre tú. Y no tengo nada más que decir.
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Historias de un náufrago hipocondríaco de Defreds
Consigues que sea capaz de reír llorando y de llorar de tanto reír. Y eso es un poco todo.
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Historias de un náufrago hipocondríaco de Defreds
Esas noches de otoño tapados hasta arriba en la cama. Con la música bajita. Con la taza en la mesilla. Pensando en alguien y sonriendo.
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Historias de un náufrago hipocondríaco de Defreds
Qué guapa te pones cuando te quieres a ti misma más que a los demás.
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Historias de un náufrago hipocondríaco de Defreds
Voy a jugar a unir con la lengua los lunares que van desde tus hombros hasta el infinito. Y te dejo ganar.
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Historias de un náufrago hipocondríaco de Defreds
Nunca te olvides de esta frase. El mundo que hable, tú, mientras, quiérete.
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Historias de un náufrago hipocondríaco de Defreds
Personas a las que no les darías ni la hora y otras, en cambio, que por verlas cinco minutos de reloj recorrerías el mundo durante horas.
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Historias de un náufrago hipocondríaco de Defreds
Hay canciones que un día sin casi avisar se convierten en personas. Inolvidables, claro.
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Historias de un náufrago hipocondríaco de Defreds
Hay personas con las que siempre quieres hablar. De nada en concreto, pero hablar. Quieres escucharlas y que te escuchen, simplemente.
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Historias de un náufrago hipocondríaco de Defreds
Si me preguntan qué es el amor, les digo que una vez acompañé a una chica a casa porque quedaba de camino. En dirección contraria. Treinta minutos
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Historias de un náufrago hipocondríaco de Defreds
La chica que es capaz de caminar sin rumbo y perderse por las calles los días que no puede respirar
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Defreds
Amores como los de Grease son los que faltan hoy en día. Cantar y bailar mucho. Son reír y luchar un poquito por lo que quieres. La sencillez. Valorar un poco más el tiempo Todo es más sencillo de lo que puede parecer. Lo complicamos nosotros solos. Oh, Sandy |
Historias de un náufrago hipocondríaco de Defreds
Algunas veces el amor es como los móviles. Uno tiene el corazón de prepago y el otro lo quiere pasar a contrato de permanencia.
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Historias de un náufrago hipocondríaco de Defreds
Que la ropa la sabemos quitar todos, lo difícil es hacer disfrutar antes de desabrochar el primer botón
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Historias de un náufrago hipocondríaco de Defreds
El mundo critica. La crítica es sana cuando se hace desde el conocimiento. Nadie sabe lo que hay detrás de los éxitos y fracasos de alguien. En muchos casos, hay muchas horas de estudio, de entrenamiento o simplemente de ganas.
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¿En qué año se publicó?