El laberinto de los espíritus de Carlos Ruiz Zafón
—Escribir es reescribir —me recordaba siempre—. Se escribe para uno mismo y se reescribe para los demás.
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El laberinto de los espíritus de Carlos Ruiz Zafón
—Escribir es reescribir —me recordaba siempre—. Se escribe para uno mismo y se reescribe para los demás.
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El laberinto de los espíritus de Carlos Ruiz Zafón
Una historia no tiene ni principio ni fin, sólo puertas de entrada
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El laberinto de los espíritus de Carlos Ruiz Zafón
Una historia es un Laberinto infinito de palabras, imágenes y espíritus conjurados para desvelar nos la verdad invisible sobre nosotros mismos
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El laberinto de los espíritus de Carlos Ruiz Zafón
Permanecieron allí, contemplando el crucero atravesar el reflejo de toda Barcelona sobre las aguas del puerto y deshacer el mayor espejismo del mundo en una estela blanca
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El laberinto de los espíritus de Carlos Ruiz Zafón
El olor de la casa le abrazó como un espíritu viejo y malévolo que hubiera estado esperándole con ansia.
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El laberinto de los espíritus de Carlos Ruiz Zafón
Podía ver el aliento del párroco dibujar plegarias de vapor en el aire.
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El laberinto de los espíritus de Carlos Ruiz Zafón
... lo miraba todo con la nostalgia de un moribundo y la inocencia de un niño.
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El laberinto de los espíritus de Carlos Ruiz Zafón
... como todos los grandes hombres en tiempos pequeños, es un don nadie.
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El laberinto de los espíritus de Carlos Ruiz Zafón
Dios sólo escucha cuando uno suplica lo que no necesita.
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El laberinto de los espíritus de Carlos Ruiz Zafón
Uno sólo se enamora de verdad cuando no se da cuenta de que lo está haciendo.
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El laberinto de los espíritus de Carlos Ruiz Zafón
Doña Lorena decía que el nivel de barbarie de una sociedad se mide por la distancia que intenta poner entre las mujeres y los libros.
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El laberinto de los espíritus de Carlos Ruiz Zafón
¿Por qué llamarlo insomnio cuando quieren decir conciencia?
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El laberinto de los espíritus de Carlos Ruiz Zafón
A medida que se adentraba en el laberinto iba experimentando la sensación de que recorría las entrañas de una criatura legendaria, un leviatán de palabras que era perfectamente consciente de su presencia y de cada paso que daba.
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El laberinto de los espíritus de Carlos Ruiz Zafón
Más allá, a la entrada del Laberinto de libros, percibió una leve fluctuación de penumbras, como si una gota de agua hubiera impactado en la superficie de un estanque dejando un rastro de ondulaciones esparcidas sobre el agua.
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El laberinto de los espíritus de Carlos Ruiz Zafón
Las calles vestían farolas y el cielo lucía el mismo tinte rosado que tenían aquellos cócteles del Boadas con los que el doctor compensaba de vez en cuando a su hígado por una vida predicando con el ejemplo.
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El laberinto de los espíritus de Carlos Ruiz Zafón
Tan pronto como uno empezaba a colocar las primeras palabras comprobaba que en la escritura, como en la vida, la distancia entre intenciones y resultados iba pareja con la inocencia con que se acometían unas y se aceptaban los otros.
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El laberinto de los espíritus de Carlos Ruiz Zafón
El placer de la página en blanco, que al principio siempre olía a misterio y a promesa, se desvaneció por ensalmo.
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La sombra del viento de Carlos Ruiz Zafón
Quien quiere de verdad quiere en silencio, con hechos, nunca con palabras.
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¿Quién es autor del libro?