La puerta pequeña de Carlo Frabetti
En el lindero del bosque [...] había una vieja mansión abandonada y medio en ruinas [...]. Los ancianos del lugar aseguraban que aquella siniestra mansión llevaba más de cien años vacía, y la llamaban la Casa de la Mandrágora, porque según una vieja leyenda había sido la morada de una horrible criatura medio humana y medio vegetal.
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