La familia de Pascual Duarte de Camilo José Cela
Yo la quería con ternura, con la misma ternura con la que ella me quería a mí.
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La familia de Pascual Duarte de Camilo José Cela
Yo la quería con ternura, con la misma ternura con la que ella me quería a mí.
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La familia de Pascual Duarte de Camilo José Cela
Es una pena que las alegrías de los hombres nunca se sepa dónde nos han de llevar, porque de saberlo no hay duda que algún disgusto que otros nos habríamos de ahorrar [...]
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La familia de Pascual Duarte de Camilo José Cela
[...] yo nunca me había atrevido a decirle ni una palabra de amores, me daba cierto miedo que me despreciase [...]
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La familia de Pascual Duarte de Camilo José Cela
Pesaroso estoy ahora de haber equivocado mi camino, pero ya ni pido perdón en esta vida. ¿Para qué?
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La familia de Pascual Duarte de Camilo José Cela
[...] a la gente no hay que creerla todo lo que cuenta -y aunque lo hubiera dicho... ¡Quién sabe lo que hubiera querido decir!
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La rosa de Camilo José Cela
"No; recordar no es volver a vivir: es todo lo contrario. Ninguna vida deleita con su recuerdo. Alguna puede emocionar. Alguna otra puede llenarnos de nostálgica poesía. Pero todas las vidas, incluso aquellas que pudieron parecernos más bellas y rectilíneas, están henchidas de desgracia, están decoradas con el muerto papel pintado de la renunciación." (Pág.11).
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La familia de Pascual Duarte de Camilo José Cela
Es una pena que las alegrías de los hombres nunca se sepa dónde nos han de llevar, porque de saberlo no hay duda que algún disgusto que otros nos habríamos de ahorrar; lo digo porque la velada en casa del Gallo acabó como el rosario de la aurora por eso de no sabernos ninguno parar a tiempo. La cosa fue bien sencilla, tan sencilla como siempre resultan ser las cosas que más vienen a complicarnos la vida.
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La colmena de Camilo José Cela
Si el tiempo sobra es porque, como es tan poco, no sabemos lo que hacer con él.
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La rosa de Camilo José Cela
"Mi madre, cuando se casó, no sabía ni cocinar ni coser, lo cual juzgo una ventaja importante. A la mujer española se le suele dar una educación parcial, una educación de criada. Lo que se llama la educación tradicional de la mujer española es uno de los últimos vestigios de la esclavitud." (Págs. 63-64).
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La rosa de Camilo José Cela
"Mi padre se llama como yo, y yo me llamo como mi hijo. Mi abuelo se llamó como se llama mi padre, y mi nieto, cuando lo tenga, se llamará, probablemente, como nos llamamos todos." (Pág.27).
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La rosa de Camilo José Cela
"La edad del dolor, la hora del sufrimiento, no es la vejez: es la juventud que se pierde, es la de la primer cana, la del primer puente en la dentadura, la del primer hondo surco en la frente, la del tiempo en que uno quisiera llorar con desconsuelo y sin fin. La vejez suele ser cínica y acomodaticia, egoísta y poco respetable. Nadie pierde la vergüenza con más facilidad que un viejo que se agarra a la vida con desconsideración y que sería capaz de las mayores abyecciones por prolongarla unas semanas. La vejez marca los años en que el hombre quiere justificarse, disculparse, pedir perdón." (Págs.13-14). . |
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Madera de boj de Camilo José Cela
a desgracia llega cuando Dios la manda y no vale esconder la cabeza ni salir corriendo, al temporal hay que capearlo, la desgracia es tan mala como los tortuosos sueños del desamor y nadie conoce el arte de remediarla.
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Madera de boj de Camilo José Cela
A los infieles deberíamos matarlos a todos. —Puede que sí. —¿Fusilados o ahorcados? —Tanto tiene. |
La familia de Pascual Duarte de Camilo José Cela
La lucha por la vida era muy dura y había que irse preparando para hacerla frente con las únicas armas con las que podíamos dominarla, con las armas de la inteligencia
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La familia de Pascual Duarte de Camilo José Cela
Se mata sin pensar, bien probado lo tengo; a veces, sin querer. Se odia intensamente, ferozmente, y se abre la navaja y con ella bien abierta se llega, descalzo, hasta la cama donde duerme el enemigo
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La familia de Pascual Duarte de Camilo José Cela
Yo, señor, no soy malo, aunque no me faltarían motivos para serlo
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La colmena de Camilo José Cela
El solar de los viejos y las viejas de después de comer, que vienen a alimentarse al sol, como los lagartos, es, desde la hora en que los niños y los matrimonios cincuentones se acuestan y se ponen a soñar, un paraíso directo donde no caben evasiones ni subterfugios, donde todo el mundo sabe a lo que va, donde se ama noblemente, casi con dureza, sobre el suelo tierno, en que quedan, ¡todavía!, las rayitas que dibujó la niña que se pasó la mañana saltando a la pata coja.
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Cristo versus Arizona de Camilo José Cela
Nadie debe vivir sin que lo quieran aunque sea un poco, aunque sea casi nada
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