La colmena

Tenía mis dudas al respecto de si el título del libro era apropiado para lo que es el contenido de la obra, por eso recurrí al diccionario y en la segunda definición de colmena nos encontramos con "Enjambre que vive en la colmena" y en la cuarta "Lugar o edificio en que vive mucha gente apiñada".

Dudas resueltas y satisfechas dado que en la novela nos encontraremos con un numeroso y variado desfile de personajes que a través de pequeñas secuencias alternas irán componiendo un mosaico representativo del Madrid de posguerra en el año 1942.

Vivencias y pesares de unos personajes, en su mayoría infelices y humildes que arrastran una existencia resignada y sufrida donde prima la supervivencia diaria aunque para ello se tenga que recurrir a familiares y amigos o prestarse a mercadear con su cuerpo (en el caso de las mujeres).

Edición muy completa donde se puede leer la obra original, ya que muchas ediciones anteriores fueron prohibidas en la España franquista y editadas en Argentina aunque con algunos pasajes suprimidos, los que para la censura de la época podrían ser demasiado explícitos o amorales, aunque visto desde nuestra perspectiva actual nos parece irrisorio.

Se incluyen además un prólogo del propio autor así como las diferentes notas añadidas a cada una de las ediciones posteriores, incluyendo un prólogo a la edición rumana donde el propio Cela manifiesta su poco convencimiento a la hora de afrontar la traducción de una obra sin perder parte de su espíritu original.

Es una obra curiosa y singular que nos presenta una visión dura y realista de la España de posguerra, con un elevado número de personajes aunque habría que diferenciar entre los muchos que se nombran o intervienen y un grupo más reducido que tienen un papel más destacado. Para favorecer o refrescar la memoria, al final del libro también está incluido un censo de personajes donde se hace un repaso de todos los que aparecen en el libro.

En este caso, he leído el libro después de haber visto la adaptación para el cine de Mario Camus y me ha sorprendido ver como difieren o se complementan en algunos momentos, con la total aprobación del autor, que formó parte del equipo de guionistas de la película e incluso tiene un pequeño papel.

Buena novela, no sé si totalmente fiel a la realidad de la época (me cuesta pensar que el sexo tuviera la presencia que se le atribuye) pero una buena novela que se lee muy bien. El elenco de personajes está escogido con mimo y saña a partes iguales y se hace difícil elegir a alguno de ellos para algo más que una invitación (obligatoria por nuestra parte) a tomar un café con leche y un suizo o dos.

Meter toda la realidad en una novela es imposible y siempre tienes que dirigir el foco. Aun así, el foco de Cela en esta colmena tiene una abertura lo suficientemente amplia como para conseguir de forma muy eficaz imbuirnos del ambiente de cruel desigualdad que tuvo que imperar en aquellos años cuarenta (“no es un problema de producción sino de distribución”), aunque apenas se roza el problema político.

El final del libro me ha descolocado. de pronto, aparece un problema que se nos hurta, no se sabe con qué fin, y surge toda una corriente de solidaridad de la que tampoco llegaremos a saber su desenlace. Está claro que la novela, que carece de inicio, no debía tener un final, pero bien podría haber sido perfectamente el capítulo 6 o bien se podría haber mostrado ese contrapunto solidario en un capítulo siete que siguiera la estela de los seis anteriores en base a alguna de las muchas historias que quedan inconclusas. Pero no, Cela rompe completamente la novela con ese capítulo que no es el siete sino el capítulo final. Que los estudiosos elucubren, yo estoy descolocado.

Para reconocer a un genio, bastan unas pocas líneas. Y en este caso, con leer las primeras de su "Nota a la primera edición" creo que es más que suficiente:

"Mi novela La colmena, primer libro de la serie Caminos inciertos, no es otra cosa que un pálido reflejo, que una humilde sombra de la cotidiana, áspera, entrañable y dolorosa realidad.
[...]
Esta novela mía no aspira a ser ni más —ni menos, ciertamente— que un trozo de vida narrado paso a paso, sin reticencias, sin extrañas tragedias, sin caridad, como la vida discurre, exactamente como la vida discurre..."

No creo que se pueda resumir de mejor forma el espíritu y el talante de esta magnífica obra. Cela encuentra con ella la piedra filosofal de la literatura: transportar al lector al mismísimo lugar en el que se desarrolla la historia, ese Madrid gris de la posguerra, ponernos en la piel de sus personajes, hacernos sentir su frío, su angustia, sus anhelos. Es una novela que más que leerse se vive, se saborea, se padece. Es pura vida.

Como nota anecdótica, diré que mientras iba leyéndola, a veces no con la continuidad y concentración necesarias, temía verme desbordado por la enorme cantidad de personajes (en torno a trescientos) con sus correspondientes parentescos, interrelaciones, etc. Esto me hizo buscar en la web alguna guía de personajes que me sirviera de apoyo en esos momentos de zozobra. Pero nada. Solo encontraba alguna reseña de los diez o quince principales. Ese desasosiego me acompañó hasta casi el final, cuando por azar, descubrí que las últimas cincuenta páginas del libro contenían un prolijo y completo "Censo de personajes" con una pequeña descripción, citas textuales y páginas donde aparecen. Pero, vamos a ver, cómo se pudieron olvidar de avisar de este pequeño detalle al principio del libro, que es por donde suelo empezar yo y la mayoría de la gente, supongo. En fin. Espero que que esto no será generalizado. Pero ahí queda, por si alguien se topa con mi edición del Círculo de Lectores, que por cierto, también presenta alguna deficiencia en su estructura física, pues se han despegado varios bloques de hojas durante mi lectura.

Pero bueno. Aun en una edición cutre, merece la pena leer esta novela. Es más, casi le da más encanto. Así se pone uno en situación.

Siempre he tenido a este autor apartado solo por el hecho de que me ha caído francamente mal (una no es objetiva ni perfecta aunque así os lo parezca 😁). Se unía el tema de su supuesto plagio para el premio Planeta, su trabajo de censor y que el señor era de aquella manera... Pero al final le llegó la hora gracias a un cúmulo de circunstancias: lectura en el instituto de mi hijo y este reto.
Que nada, que pasado mi primer rechazo debo decir que La colmena me ha gustado mucho. Me ha gustado esa mezcla de costumbrismo y novela picaresca bajo una cierta ternura.
Si bien es cierto que he echado de menos que los personajes tuvieran más profundidad, creo que lo que el autor pretendía era poner de manifiesto unas situaciones concretas en una época y contexto en los que da igual si ellos se llaman Pepa o Ventura, al final lo importante es ese enjambre de vidas tratando de salir adelante, cada uno con sus mañas (o artimañas). Lo importante es lo que cuenta y cómo lo cuenta; no hay historias magníficas ni personajes deslumbrantes... Solamente (o nada más y nada menos) hay vidas y personas.
¿Recomendaría este libro? Sí, sin duda alguna. Me ha resultado una grata sorpresa.

"La colmena" se sitúa en la década de 1940 y presenta un amplio elenco de personajes que interactúan en un entorno urbano de Madrid.

Uno de los aspectos destacados de la novela y que más me gustó es su estilo narrativo. Cela utiliza una técnica fragmentada y desestructurada que puede resultar confusa al principio. Sin embargo, esta elección estilística refleja la caótica y desesperanzada atmósfera de la posguerra, sumergiendo al lector en la realidad de la época.

La novela también muestra una gran variedad de personajes, cada uno con su propia historia y lucha personal. Desde prostitutas hasta comerciantes, pasando por artistas y desempleados, Cela retrata una amplia gama de la sociedad de aquel entonces. Estos personajes, a pesar de sus diferencias, comparten una sensación general de desesperación y falta de oportunidades.

Sin embargo, aunque "La colmena" ofrece una visión realista y cruda de la sociedad, en ocasiones puede resultar abrumadora. La ausencia de una trama central definida y la constante alternancia entre personajes dificultan la conexión emocional con la historia. A medida que la narrativa se desarrolla, uno puede sentirse perdido en medio de tantas historias individuales, sin un hilo conductor claro.

En general, es una novela que vale la pena leer, aunque requiere cierta paciencia y disposición para adentrarse en su complejidad.