Subiendo y bajando la escalera, una escalera que no conduce a ningún sitio
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Subiendo y bajando la escalera, una escalera que no conduce a ningún sitio
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Al principio el libro me pareció muy pesado, era todo el rato definición sobre la casa y la familia. Una vez pasado ese tramo, la lectura me dio muchos ejemplos de cómo se podía vivir así en esa época. Lo recomiendo.
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Me ha encantado, lo que me he podido reír con los vecinos fe este edificio tan peculiar. Lo recomiendo. |
Un buen libro donde nos cuenta el autor las alegrías y miserias de una vecindad humilde de primeros del siglo XX. La evolución de los personajes es muy realista y hace entender las complicadas situaciones a las que se enfrentaban en una época de miseria y necesidad |
Obra maestra que narra sin un ápice de distorsión cómo era la España contemporánea de la primera mitad del siglo XX. A través de los diálogos de los personajes se aprecia el cansancio por la vida, los aprietos económicos, la esperanza, el amor y la envidia. Es un espejo en el que mirar a nuestro pasado y meterte de lleno en la época. Buero Vallejo hace una crítica social maravillosa que te deja con ganas de más. Es una obra clásica que todo el mundo debería leer.
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Buero Vallejo fue militante republicano en la Guerra Civil española; tras ser encarcelado en lugares diferentes, es puesto en libertad condicional en 1946. Tres años después, obtiene el premio Lope de Vega con esta obra. Tenemos una historia realista, donde se refleja e incluso analiza a la sociedad española de entonces, lo que puede resultarnos familiar a más de uno (al menos a mí, lógicamente de oídas). En el primer acto, conocemos diferentes personajes, la mayoría con un poder adquisitivo bastante bajo, salvo uno, claramente más pudiente; además se nos presenta a una posible pareja. Comenzamos el segundo acto, situando la acción diez años después. Como es lógico, algunos vecinos han fallecido y otros nuevos se han instalado en la escalera; se han formado parejas, afianzado otras, alejado algunas. En el tercer acto nos encontramos veinte años más adelante, con su correspondiente salseo vecinal. Así, nos metemos de lleno en esta España de la posguerra, a compartir otro piso imaginario en esta escalera que podría encontrarse en un barrio y ciudad cualquiera; cada vecino vive y convive, con sus correspondientes problemas, sobretodo esa clase trabajadora que parece no levantar cabeza. Un drama, la verdad, pero lo peor es lo actual que lo he sentido en esta relectura. Lo recomiendo un montón, ya sé que muchos no sois de teatro, pero los que paséis por aquí de vez en cuando sabréis que me encanta (obviamente, prefiero ir a verlo, pero lo dicho). Una obra cercana, llena de personajes con los que sentirse identificados o con los que identificar a gente conocida, donde se refleja perfectamente la sociedad de entonces… aunque valga también para la época en la que estamos. Lo dicho, merece la pena. Si puede ser, en esta edición; me encanta la colección Austral, en general, me pasa como con Cátedra, está tan bien documentado y explicado que da gusto. Os invito a leer esta obrita de menos de cien páginas. Merece la pena. También hay adaptación cinematográfica, la dirigió Ignacio F. Iquino en 1950. Enlace: https://locaporincordiar.blo.. + Leer más |
En Historia de una escalera podemos ver la vida de cuatro familias, vecinos que comparten escalera, su día a día, a lo largo de treinta años seremos testigos de su relación, sus miserias y frustraciones, amores y desamores, ilusiones y esperanzas, desempleo y problemas económicos, cotilleo, amistad y rencores, en la España de posguerra. Una critica social de los años franquista.
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Buero Vallejo fue militante republicano en la Guerra Civil española; tras ser encarcelado en lugares diferentes, es puesto en libertad condicional en 1946. Tres años después, obtiene el premio Lope de Vega con esta obra. Tenemos una historia realista, donde se refleja e incluso analiza a la sociedad española de entonces, lo que puede resultarnos familiar a más de uno (al menos a mí, lógicamente de oídas). En el primer acto, conocemos diferentes personajes, la mayoría con un poder adquisitivo bastante bajo, salvo uno, claramente más pudiente; además se nos presenta a una posible pareja. Comenzamos el segundo acto, situando la acción diez años después. Como es lógico, algunos vecinos han fallecido y otros nuevos se han instalado en la escalera; se han formado parejas, afianzado otras, alejado algunas. En el tercer acto nos encontramos veinte años más adelante, con su correspondiente salseo vecinal. Así, nos metemos de lleno en esta España de la posguerra, a compartir otro piso imaginario en esta escalera que podría encontrarse en un barrio y ciudad cualquiera; cada vecino vive y convive, con sus correspondientes problemas, sobretodo esa clase trabajadora que parece no levantar cabeza. Un drama, la verdad, pero lo peor es lo actual que lo he sentido en esta relectura. Lo recomiendo un montón, ya sé que muchos no sois de teatro, pero los que paséis por aquí de vez en cuando sabréis que me encanta (obviamente, prefiero ir a verlo, pero lo dicho). Una obra cercana, llena de personajes con los que sentirse identificados o con los que identificar a gente conocida, donde se refleja perfectamente la sociedad de entonces… aunque valga también para la época en la que estamos. Lo dicho, merece la pena. Si puede ser, en esta edición; me encanta la colección Austral, en general, me pasa como con Cátedra, está tan bien documentado y explicado que da gusto. Os invito a leer esta obrita de menos de cien páginas. Merece la pena. También hay adaptación cinematográfica, la dirigió Ignacio F. Iquino en 1950. Enlace: https://locaporincordiar.blo.. + Leer más |
Obra que se estrenó en los años 50, pero por Buero no pasa el tiempo. Es cierto que Madrugada no es una de las obras más emblemáticas del autor, por lo que apenas hay estudios sobre ella y sin embargo a los alumnos les gusta (como todas las escritas por este grande del teatro); entienden la obra y son capaces de empatizar con Amalia, la protagonista. La estructura está planteada como policial; al leerla parece que nos encontremos sumidos en una novela negra y Amalia nos lleva por donde quiere hasta dar con la solución, con el porqué de ese tormento que han vivido su marido y ella durante los últimos seis meses de vida de él. Pero Antonio Buero Vallejo escribía teatro, y esta obra participa, como todas las suyas, de las características que lo distinguen, pues la ética del ser humano está por encima de todo lo demás. Mauricio es un pintor que ha conseguido renombre mundial, casado con Amalia disfrutan, por lo tanto, de una posición bastante más que acomodada, pero Amalia entró en su casa como modelo y después se quedó como amante, algo que la familia no le perdona y es considerada una cualquiera —normal en la época que fue escrita—. Pero Amalia y Mauricio se casan en secreto; algo ocurre en una reunión que tienen con un hermano de Mauricio, seis meses antes, que su relación cambia. Amalia no entiende lo sucedido; ella quiere a Mauricio y su amor es correspondido aunque él ya no sea el mismo. En su lecho de muerte, Mauricio le asegura que sabe que lo quiere, él también, pero no se lo han dicho, no lo han hablado lo suficiente «quizá desde el otro lado de la muerte te recobraré […] ¡Si no me has perdido! Y él me ha contestado: “No. No te he perdido. Pero quizá te recobre… desde el otro lado”». Y con esta incógnita muere, Amalia se queda sin saber por qué esta actitud, por qué deja sin dinero en su testamento a su hermano Lorenzo y a su sobrino Leandro y se lo da casi todo a ella, no sabe qué le han podido decir ellos a su marido y no sabe si le da el dinero porque la quiere o por “pagarle” los servicios prestados. Así pues, Amalia, mujer fuerte, decide reunir a la familia y no comentarles nada del testamento, haciendo creer que Mauricio sigue vivo y que ella, en el lecho de muerte, podrá decidir si realiza un testamento en el que, al reanimar al moribundo, consiga que firme el documento en el que todo se lo deja a ella. Sólo deberán decir qué le dijeron a Mauricio en aquella reunión y obtendrán las riquezas. Esta situación, en la que los familiares están a punto de descubrir el engaño en más de una ocasión, LEANDRO.- (Se levanta) —Despiértalo, Amalia AMALIA.- Bien… lo haré (Va hacia el gabinete despacio) LEONOR.- (Se levanta) —¡No tiene derecho a hacerlo! atrapa al espectador pues consigue acrecentar en él la tensión que se va acumulando con el paso del tiempo, las campanadas del reloj nos van avisando de la llegada inexorable de la madrugada en la que la enfermera, que ha estado cuidando a Mauricio, se irá a su trabajo y vendrán los encargados del funeral. Amalia consigue descubrir la verdad al final y es entonces cuando comprende por qué su marido ha hecho ese reparto y comprende que la quería de verdad. La técnica de utilizar sólo un espacio también es propia de Buero, en este caso la habitación juega un papel importante en la sensación de angustia de Amalia. Los personajes quieren traspasar la puerta de la habitación de Mauricio, pero no pueden (aunque lo hagan en alguna ocasión); la enfermera no debe salir de dicha habitación, aunque sea al final, al irse a trabajar, cuando lo haga y confiese que Mauricio llevaba muerto dos horas y media (antes de que todos llegaran). Este contratiempo, esta lucha por la no invasión del espacio que Mónica ha preparado para cada uno, la engrandece, pues incluso sus respuestas dudosas consiguen una gran espectacularidad propia de la intriga. Es cierto que el matrimonio lo podría haber hablado todo antes de la muerte de Mauricio, pero creo que la intención de Buero no era la de crear un simple melodrama LORENZO.- La felicito Amalia. Ha sabido engañarnos a todos. Pero, ¿qué se proponía? AMALIA.- (Sonríe) ¿Que qué me proponía? (Avanza hacia el centro de la escena) Quise saber el significado de los seis meses horribles de silencio que nos hicisteis pasar a los dos. Quise saber si me despreciaba y me pagaba, como a una mujerzuela, o si me probaba su fe y su cariño… al casarse conmigo. (Sabina vuelve) LORENZO.- (Ruge) ¿Qué? DÁMASO.- ¿Casado? LEONOR.- ¡Entonces, estamos desheredados!... Si tenemos en cuenta la fecha en la que fue escrita recordaremos que la mujer se debía a su marido, el hombre era el que decidía qué y cuándo diría o haría tal cosa; así pues mientras él vivió, Amalia no se plantea ningún descubrimiento. Lo que la sobrepasa es encontrarse de pronto casada, con mucho dinero, sola y sin saber exactamente por qué. Además creo que lo importante es desbrozar la personalidad de cada uno de los familiares que, fracasados, intentan en vida, y muerte, sacar del que tiene éxito todo lo que pueden, como si estuvieran en su derecho. Y en este sentido, el autor consigue una radiografía perfecta de la época y la sociedad burguesa española, la envidia es lo que reina. Problema social que mantenemos en la actualidad, así como el hecho de conseguir dinero por el medio que sea… todo vale. Este trasfondo es lo que consigue de Madrugada su actualidad, el estar basada en temas universales, pero, sobre todo, en su estructura policial, que vuelve al teatro del siglo XXI con más fuerza, si cabe, que la que tuvo en el XX. Pero aun encontramos otra característica constante de Antonio Buero Vallejo, la búsqueda de la verdad a costa de cualquier precio, y en este caso es Amalia la encargada de encontrarla sin ninguna otra valoración; cuando por fin la ha hallado, su labor ha terminado, «No. Yo no debo juzgar», pues con la verdad se ha encontrado a sí misma y su vida ha recobrado un sentido. Hay otros subtemas que, aun siendo importantes en Madrugada, no son fundamentales, aunque sí estables en la obra de Buero, como la defensa absoluta de la fidelidad en la pareja, el amor como impulsor de un compromiso que va más allá de cualquier documento, pues se adentra en la moralidad del ser humano, amor purificador pues, si se consigue, conlleva un enfrentamiento plácido ante la vida, amor como causa de un mundo mejor, como medio para superar cualquier rastro de envidia o egoísmo. Los personajes no están delimitados desde el principio, no hay buenos o malos, todos tienen sus razones para actuar como lo hacen y según precisamente los actos, los diálogos, los gestos adoptadores «(Leonor hace sonar sus pulseras y se sienta por toda contestación)» o los emotivos, aquellos que desvelan al público la crisis interna que los convierte en seres desgraciados. En general Dámaso, Leonor, Leandro o Lorenzo rechazan soluciones intermedias, tienen una meta y bajo ningún concepto quieren desviarse de ella, están dispuestos a lo que sea. LEANDRO.- (Asqueado lo suelta) ¡Me propuso sacarte dinero si te lograba! y por negarme…, nos calumnió a los dos, ante Mauricio, aquella tarde! Aunque también es cierto que en este comportamiento regular es donde observamos su cobardía «¡Que me voy! ¡Vámonos Leonor! ¡Mónica, ven!». Por eso, Amalia es el personaje más relevante, frente a la pasividad de los demás es la que lucha, la que se impone y vence. Frente a aquellos amargados a quienes el mundo les viene grande reluce con más fuerza la decisión de aquellos que, a pesar de saberse solos, necesitan conocer la verdad; la protagonista incluso les hace ver a los demás la miseria en la que han vivido «¿Verdad que le gusta el collar? Será suyo. Tendrá joyas buenas y caras con las que poder sustituir esas pobres pulseras de latón». Mauricio no aparece, es el muerto, y sin embargo está presente en toda la obra, como anticipó antes de morir «desde el otro lado» conseguirá que afluya la verdad, es el espejo en el que todos se reflejan tal como son. Por último las acotaciones son funcionales, aunque decisivas para realizar la kinésica y proxémica de los personajes, consiguiendo su finalidad: descifrar con eficacia el significado real y metafórico del texto: (Sus pulseras emiten un despectivo comentario) (Mónica hace tímido gesto de negación que ella finge no ver) (Se acerca al comedor, junto a cuya puerta permanece) (Alguien apagó la luz central. El reloj marca exactamente las cinco y cuarto…) (Amalia mira con sorpresa a Paula. Leandro reprime un gesto de contrariedad) (Furioso va hacia ella) Madrugada supone una catarsis en el público, pues se ve reflejado y obligado a meditar sobre su propia purificación ante situaciones en las que el egoísmo, la avaricia o la envidia lo invadan. Necesitamos tanto el miedo a ser descubiertos como la misericordia para nuestros defectos más ocultos. No creo en el posibilismo de Buero Vallejo, aquél del que se le acusó que empleaba para poder estrenar en una época en la que reinaba la censura. Puede que escribiera sus obras teniendo eso en cuenta, pero al tratar temas universales podemos trasladarlas a cualquier época y lugar, sólo hemos de contextualizarlas en cada momento. Esa es la grandeza del teatro de Buero y eso es lo que encuentro como predominante. Enlace: http://elblogaurisecular.blo.. + Leer más |
Historia de una escalera es un libro bastante sencillo en el que se nos cuenta la vida de los distintos personajes y la situación de miseria que reinaba en el país en aquel entonces. Dramática pero a la vez cómica, es una obra que recuerda mucho a series de televisión como Aquí no hay quien viva y La que se avecina. Si os gustan las obras de teatro cortas, os la recomiendo.
Enlace: http://duermeconlibrosymas.b.. |
Me gustó muchísimo.
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Un buen reflejo de cómo era la sociedad en este tiempo. Nos muestra personajes que interpretan diferentes roles. La escalera es testigo de muchas conversaciones, promesas, sueños y emociones... El tiempo pasa, algunas cosas cambian y otras permanecen igual. Es interesante descubrir el efecto del tiempo en cada uno de ellos. |
Gregorio Samsa es un ...