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Antoine de Saint-Exupéry
Este es un libro increíble, lo leí cuando era muy pequeña y supongo que no entendí tanto el significado. Lo leí años después y es la historia más linda. Comprender un poco cómo los adultos ven la vida tan diferente a como la ve un niño, aprendemos el valor de un amigo, lo importante que son para nuestra vida y poder seguir nuestro camino y del amor que podemos brindar y que también recibir cuando somos buenas personas.
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El principito de Antoine de Saint-Exupéry
Cuando alguien nos ha domesticado, siempre corremos peligro de echarnos a llorar.
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El principito de Antoine de Saint-Exupéry
—En tu tierra —dijo el principito— los hombres cultivan cinco mil rosas en un mismo jardín... Y no encuentran lo que buscan... —No lo encuentran —respondí. —Y, sin embargo, lo que buscan podría encontrarse en una sola rosa o en un poco de agua. —Seguramente —respondí. Y el principito agregó: —Pero los ojos están ciegos. Es necesario buscar con el corazón. |
El principito de Antoine de Saint-Exupéry
—Ya se trate de la casa, de las estrellas o del desierto, lo que los embellece es invisible.
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El principito de Antoine de Saint-Exupéry
—Lo que hace hermoso el desierto es que en alguna parte esconde un manantial.
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El principito de Antoine de Saint-Exupéry
—Solo los niños saben lo que buscan —dijo el principito—. Pierden tiempo por una muñeca de trapo y la muñeca se transforma en algo muy importante, y si se les quita la muñeca, lloran…
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El principito de Antoine de Saint-Exupéry
—He aquí mi secreto. Es muy simple: no se ve bien sino con el corazón. Lo esencial es invisible a los ojos. […] —El tiempo que perdiste por tu rosa hace que tu rosa sea tan importante.
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El principito de Antoine de Saint-Exupéry
—Sois bellas, pero estáis vacías —les dijo todavía—. No se puede morir por vosotras. Sin duda que un transeúnte común creerá que mi rosa se os parece. Pero ella sola es más importante que todas vosotras, puesto que es ella la rosa a quien he regado. Puesto que es ella la rosa a quien puse bajo un globo. Puesto que es ella la rosa a quien abrigué con el biombo. Puesto que es ella la rosa cuyas orugas maté (salvo las dos o tres que se hicieron mariposas). Puesto que es ella la rosa a quien escuché quejarse, o alabarse, o aún, algunas veces callarse. Puesto que ella es mi rosa.
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El principito de Antoine de Saint-Exupéry
—Si vienes, por ejemplo, a las cuatro de la tarde, comenzaré a ser feliz desde las tres.
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El principito de Antoine de Saint-Exupéry
—Solo se conocen las cosas que se domestican —dijo el zorro—. Los hombres ya no tienen tiempo de conocer nada. Compran cosas hechas a los mercaderes. Pero cómo no existen mercaderes de amigos, los hombres ya no tienen amigos.
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El principito de Antoine de Saint-Exupéry
La Tierra no es un planeta cualquiera. Se cuentan allí ciento once reyes (sin olvidar, sin duda, los reyes negros), siete mil geógrafos, novecientos mil hombres de negocios, siete millones y medio de ebrios y trescientos once millones de vanidosos, es decir, alrededor de dos mil millones de personas mayores.
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El principito de Antoine de Saint-Exupéry
—Yo poseo una flor que riego todos los días. Poseo tres volvamos que deshollino todas las semanas. Pues deshollino también el que está extinguido. No se sabe nunca. Es útil para mis volcanes y es útil para mi flor que yo los posea.
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El principito de Antoine de Saint-Exupéry
—¿Qué haces ahí? —Bebo. —¿Por qué bebes? —Para olvidar. —¿Para olvidar qué? —Para olvidar que tengo vergüenza. —¿Vergüenza de qué? —¡Vergüenza de beber! |
El principito de Antoine de Saint-Exupéry
Para los vanidosos, los otros hombres son admiradores. […] Los vanidosos solo oyen las alabanzas.
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El principito de Antoine de Saint-Exupéry
—Es mucho más difícil juzgarse a sí mismo que juzgar a los demás. Si logras juzgarte bien a ti mismo eres un verdadero sabio.
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El principito de Antoine de Saint-Exupéry
—Hay que exigir a cada uno lo que cada uno puede hacer. […] La autoridad reposa, en primer término, sobre la razón. Si ordenas a tu pueblo que vaya arrojarse al mar, hará una revolución. Tengo derecho a exigir obediencia cuando mis órdenes son razonables.
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¿Cuál es la profesión del narrador que encuentra el Principito en el desierto?