Tiempos de tormenta: La mansión de Anne Jacobs
Las primeras palabras de saludo lo cautivaron, su actitud tranquila y al mismo tiempo decidida, el firme apretón de manos, pero sobre todo su sonrisa, que irradiaba confianza. Supo en el acto que era ella, la mujer que estaba buscando. La que quería tener a su lado.
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