Panza de burro de Andrea Abreu
Ella pensaba que la vida solo era una vez y que había que probar un fisquito siempre que se pudiese. Un fisquito nada más, decía.
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Panza de burro de Andrea Abreu
Ella pensaba que la vida solo era una vez y que había que probar un fisquito siempre que se pudiese. Un fisquito nada más, decía.
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Panza de burro de Andrea Abreu
Porque si algo yo sabía era que Isora y yo estábamos hechas como estaban hechas las cosas que nacen para vivir y morir juntas.
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Panza de burro de Andrea Abreu
Si algo tenían en común las viejas de mi barrio era que no querían a los perros ni un fisquito, les tenían como asco, los trataban como les hubiese gustado tratar a los maridos, que se pasaban el día en el bar de Antonio bebiendo vino y jugando a la baraja.
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Panza de burro de Andrea Abreu
"esta semana todo lo que hacía era como si lo hiciera otra persona desde dentro de mi cuerpo"
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Panza de burro de Andrea Abreu
"le respondí con una voz que no era mía, una voz desconocida que nunca había salido por mi garganta"
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Panza de burro de Andrea Abreu
"Pensé en cuando los pichones son débiles e inútiles y se caen del nido porque su hermano bien alimentado los lanzó pal aire y se estampurraron contra el piso. Yo era eso, un pájaro despelujado y lleno de pulgas, un pájaro con el corazón roto cansado y el pico abierto."
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Panza de burro de Andrea Abreu
"Me encantaba la capacidad de Isora para decir que no a la gente. Ella no tenía miedo que la dejasen de querer. Decía lo que le apetecía cuando le daba la gana"
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Panza de burro de Andrea Abreu
"Era junio y yo ya estaba sintiendo la tristeza. Y ahora, ahora también el miedo."
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Panza de burro de Andrea Abreu
Ella pensaba que la vida era una vez y que había que probar un fisquito siempre que se pudiese.
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Panza de burro de Andrea Abreu
A mi me gustaban y no me gustaban las casas rurales, quiero decir: me gustaban porque eran bonitas pero no me gustan porque entre ellas y yo había como una pared enorme de papel transparente de cocina, papel fil, que no me dejaba participar en las mejores cosas de las casas rurales. Las casas rurales estaban el la calle de al lado de mi calle, El Paso del Burro. Las casas rurales tenían la culpa de que los días en los que mi madre no tenía que ir al Sur a limpiar hoteles tuviese que limpiar casas rurales y no pudiésemos ir a la playa y por eso a mí tampoco me gustaban las casas rurales.
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Panza de burro de Andrea Abreu
"Veíamos cómo la lava se comía el barro y la isla, y entonces Isora me daba la mano de pronto y éramos amigas de las que se querían y decían te quiero".
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Panza de burro de Andrea Abreu
Yo me aburría mucho pero no me iba, me quedaba al lado de ella escuchando su silencio. Como cuando los maridos se sientan a ver el futbol y las mujeres los acompañan aunque no les interese, porque los maridos están tristes con la vida y el trabajo en el Sir y hay que estar con ellos porque es obligación
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Panza de burro de Andrea Abreu
Estábamos hechas como estaban hechas las cosas que nacen para vivir y morir juntas
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Panza de burro de Andrea Abreu
Y al terminar de estregarnos Isora me mandaba a rezar y yo bisebisebisé con los pantalones del chándal todos pintorriados de colores, como un arcoíris dentro de las piernas, un arcoíris que se elevaba por encima del límite del mar, allá abajo, donde las nubes se juntaban con el agua y ya todo era gris, y ya solo quedaban nuestros pepes latiendo como un corazón de mirlo debajo de la tierra, como una mata a punto de reventar el centro de la Tierra
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Panza de burro de Andrea Abreu
shit me llamaba shit porque la mierda era una cosa hermosa bella como la brumasera entre los pinos.
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Panza de burro de Andrea Abreu
Isora nunca tenía miedo. No tenía miedo aunque la abuela la amenazara con meterle un leñazo. Ella pensaba que la vida solo era una vez y que había que probar un fisquito siempre que se pudiese.
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Panza de burro de Andrea Abreu
La hubiese seguido al baño, a la boca del volcán, me hubiese asomado con ella hasta ver el fuego dormido, hasta sentir el fuego dormido del volcán dentro del cuerpo.
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Panza de burro de Andrea Abreu
Ella pensaba que la vida solo era una vez y que había que probar un fisquito siempre que se pudiese.
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Panza de burro de Andrea Abreu
A la altura del cruce vi la forma del cuerpo de Isora al final del camino. Era verla allá, al final de la carretera, justo en el rasante, donde el camino se volvía casi vertical, y me golpeaba una alegría intensa. Como meterse en el mar después de muchos años.
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Panza de burro de Andrea Abreu
Yo me preguntaba cómo ella sabía tantas cosas que yo no sabía y entonces me ponía triste porque pensaba que yo no tenía tristeza propia, que mi tristeza era la de ella pero dentro de mi cuerpo, una tristeza como de imitación, dos tristezas duplicadas, la marca falsa de una tristeza, esa era yo, porque yo no tenía razones por las que estar triste pero me las inventaba.
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¿En qué año se publicó?