La cazadora de almas de Alyson Noël
Estiro el brazo para coger el bolso. Mi intención es darle las gracias por traerme y seguir mi camino, sin embargo, cuando nuestras miradas se cruzan, las palabras se derriten en mis labios. Él no deja de mirarme. Y sus ojos poseen tal intensidad que no puedo dejar de contemplarlos, sin importar lo mucho que me esfuerce. Todo en mi cabeza dice: “Abre la puerta, despídete y ¡sal de una vez de este maldito coche!”. Y eso entra en conflicto con mi corazón, que me pide: “Quédate, habla con él un rato, dale una oportunidad, a ver dónde nos lleva todo esto…” |