La canción de Aquiles de Madeline Miller
¿Quién podía avergonzarse de perder contra alguien tan bello?
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La canción de Aquiles de Madeline Miller
¿Quién podía avergonzarse de perder contra alguien tan bello?
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La canción de Aquiles de Madeline Miller
Se alzó en mi interior una certeza que terminó alojándose en mi garganta: "Jamás voy a dejarle." Será así siempre, hasta que él me abandone.
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La canción de Aquiles de Madeline Miller
Siempre tienes revuelto el pelo aquí. —Me tocó la cabeza justo detrás de la oreja—. Creo que nunca te he dicho lo mucho que eso me gusta.
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La canción de Aquiles de Madeline Miller
Tampoco él sabía enfadarse conmigo. Éramos como un bosque mojado en el que no prendía el fuego.
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La canción de Aquiles de Madeline Miller
—Ve con cuidado mañana, eres el mejor de los hombres, el mejor de los mirmidones. —Me puso los dedos en los labios para impedirme que negara sus palabras—. Acéptalo por una vez.
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La canción de Aquiles de Madeline Miller
Os encomiendo una misión para después de mi muerte: mezclar nuestras cenizas y enterrarnos juntos.
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La canción de Aquiles de Madeline Miller
Sonrió como si me hubiera escuchado el pensamiento y su rostro resplandeció como el sol.
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La canción de Aquiles de Madeline Miller
Su hermosura refulgía en el enorme salón como una llama, vívida y deslumbrante, y atraía mi mirada en contra de mi voluntad.
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La canción de Aquiles de Madeline Miller
Nuestros ojos se encontraron durante unos instantes y yo me estremecí de los pies a la cabeza.
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La canción de Aquiles de Madeline Miller
El pecho me aleteaba un sentimiento al que no era capaz de poner nombre, en el mismo se entremezclaban a un tiempo fuga, peligro y esperanza.
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La canción de Aquiles de Madeline Miller
Él descansó su palma sobre la mía. Intenté no sobresaltarme. Tenía la piel suave, aunque un tanto pegajosa a causa de la cena. Encontré muy cálidas las yemas de los dedos con los que acarició los míos.
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La canción de Aquiles de Madeline Miller
—Nada podemos decir nosotros, que solo somos hombres, un breve destello de una antorcha. Quienes vengan detrás nos elevarán o nos hundirán a su capricho. Patroclo va a ser de esos que van a crecer en el futuro.
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La canción de Aquiles de Madeline Miller
Las sombras parpadeantes le afilaban el rostro, aunque yo le habría reconocido sumido en las penumbras o disfrazado, me dije, e incluso si se hubiera apoderado de mí la locura.
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La canción de Aquiles de Madeline Miller
Me bastaba un simple roce o el olor para identificarle; y si me quedara ciego, podría reconocerle por el modo en que respiraba o en que pisaba el suelo. Le reconocería en el fin del mundo, incluso en la muerte.
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La canción de Aquiles de Madeline Miller
—Aquí tu rostro es más ancho que antes. —Alcé mi propia mano para palpar esa diferencia, pero a mí se me antojó como siempre: hueso y piel. Aquiles me cogió la mano y me la llevó hasta la clavícula—. Y también has aumentado de tamaño aquí… y aquí —continuó, tocando suavemente con el dedo el bulto que me sobresalía de la garganta. Tragué saliva cuando sentí la yema ponerse en movimiento una vez más sobre la piel. |
La canción de Aquiles de Madeline Miller
Él indicó el atisbo de pelo fino y oscuro que me recorría el pecho y el estómago. Me empezaron a arder los carrillos cuando detuvo el dedo.
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La canción de Aquiles de Madeline Miller
No me quitaba de encima aquellos ojos suyos, verdes con toques dorados. Se alzó en mi interior una certeza que terminó alojándose en la garganta: Jamás voy a dejarlo. Será así siempre, hasta que él lo quiera.
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La canción de Aquiles de Madeline Miller
El principe decía lo que pensaba y se sorprendía cuando tú no lo hacías. Algunas personas habrían tomado esta actitud como una muestra de simplicidad, pero ¿no es una muestra de genialidad buscar un atajo al corazón?
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La canción de Aquiles de Madeline Miller
"Me conformaba con verlo ganar y contemplar el subibaja de las plantas de sus pies cuando los hundía en la arena o el movimiento de sus hombros entre las olas. Eso era suficiente"
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¿Por que decidió irse al internado Miles?