La leyenda de tierra firme

Esta es una novela que compagina a la perfección amor, intriga, aventuras y ese punto de comicidad que logra sacarte más de una sonrisa.
Se trata de una novela donde el escritor ha sabido armonizar con maestría dos historias ambientadas en dos épocas distintas, que fluyen a la par y que van enganchando al lector con cada página.
La introducción nos lleva a Perú donde el marqués de Cañete desea llevar a cabo una expedición para encontrar algo excepcional que ofrecer al nuevo rey Don Felipe y continuar disfrutando de su favor.

En el primer capítulo nos encontramos en la época actual en Sevilla, allí en el Archivo de Indias conoceremos a Ariel Salazar una mujer joven que trabaja en el archivo y en la universidad.
Es el último día antes de las vacaciones y Ariel solo está pensando en tomarse ese mes de descanso bien merecido. Hasta que a su despacho llega el profesor de historia Darrell McKay, más conocido como un aventurero y buscador de tesoros.
Desea encontrar los restos de un galeón español llamado Santa Bárbara; sabe que Ariel es una experta en la Flota de Indias por lo que necesita su ayuda si pretende llevar a buen puerto su aventura.
Reticente al principio, la curiosidad de Ariel pronto la convencerá de que tal vez embarcarse en esta odisea no sea tan mala idea. Pero pronto la situación se complica y parece que hay más personas interesadas en ese pecio hundido en el mar.
Por otro lado, poco a poco iremos conociendo más cosas de la expedición del siglo XVI y algún que otro secreto que escondía el Santa Bárbara, al igual que la historia de una joven que viajaba también en el barco.
Como ya he dicho el escritor ha combinado a la perfección varios elementos para completar una novela que se lee y disfruta. Así a la intriga que rodea el barco se suman las aventuras que deberán pasar los protagonistas para descubrir el “tesoro” y al mismo tiempo no desatiende la parte romántica brindándonos la oportunidad de disfrutar no de una, sino de dos historias maravillosas.
Ya he leído dos novelas de J. de la Rosa y he de decir que ésta es diferente y por ello aún me ha gustado más, porque ha sabido sorprenderme, divertirme y me ha hecho pasar unas horas muy agradables acompañando a Darrell y a Ariel en sus andanzas.
Nada queda al azar, todo está perfectamente integrado y he disfrutado mucho con la relación que va surgiendo entre los protagonistas y sus bromas, sin olvidarnos de todo lo demás que hace que esta novela sea una muy buena lectura.
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