La divina comedia de Oscar Wilde

-Señor Sherard, en el fango estamos todos. Sin embargo, hay algunos que desde el fango aún podemos mirar las estrellas.

-De las dos maneras que existen de cultivar el sentido de la belleza, la menos refinada es la de crear.
-¿Y cuál sería la más refinada entonces, según tú?
-Ahh... la de contemplar, sin duda. ¿Por qué malgastar mi vida en la creación pudiendo dedicarla a la contemplación?

¿Sabes qué descubrí entonces? Que los héroes no existen si no es por boca del poeta.

Lo que yo en cambio no entiendo es que alguien tan libre como usted, Enrique, quiera crear una moda, sea de lo que sea.
Desde el punto de vista artístico la moda no es sino una forma de fealdad tan intolerable que nos vemos obligados a cambiarla cada seis meses.