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Leer "Memoria y Haiku" es mucho más que un burdo compedio de los mejores haikus escritos entre los siglos XVII y XX: es toda una experiencia que mezcla la singularidad de este arte insubordinado, como bien indica en la introducción a esta antología, e imágenes, algunas a color y otras en blanco y negro, con la forma simplificada de una cabeza. Es algo que al principio me llamó muchísimo la atención, pues las páginas de esta obra, de un gramaje grueso y suave al tacto, están en concordancia con esa especie de microcosmos que la editorial Nórdica Libros ha querido mostrar. Hacía tiempo que quería leer haikus de otros poetas (que no fuera enteramente de Matsuo Basho, el más famoso del periodo Edo). Así pues, me encontré un salteado de los haikus de Issa Kobayashi, Natsume Soseki (de cuyo autor estoy leyendo actualmente "Kokoro", seguido en orden de prelación de "Sanshiro", siguiente en mi lista de lecturas japonesas) y Taneda Santoka, entre otros. Mi Haiku preferido ha sido el de la página 28, de Masaoka Shiki (Me volví/ y el hombre que me crucé/ ya era niebla). El espíritu del Haiku en todo su esplendor. Por último, resaltar la encuadernación con tapa dura, una imitación a tela con relieve que, en lo personal, me ha encantado. |
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