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Novela escrita en Rusia en el año 1921, por el ingeniero Yevgueni Zamiatin y que no fue publicada tras ser censurada. Se publica por primera vez en el Reino Unido en 1924 y posteriormente en 1929, en París, dónde recibe un gran reconocimiento. La novela, que se puede considerar como fundadora del género distópico, presenta un futuro controlado por un dictador, el Gran Benefactor o Bienhechor que dirige el “Estado único” constituido después de la “Guerra de los 200 años” tras la cual se construyó el “Muro verde” que los separa del “Viejo mundo” donde viven los perdedores de la guerra y que son considerados como salvajes y anárquicos que viven rodeados de árboles, plantas y animales. En esta sociedad, todo es propiedad del estado, sociedad racional y perfecta, basada en las tecnologías y las matemáticas donde sus habitantes están divididos en “números”, la población general, los “guardianes” que controlan y vigilan a los números y los departamentos de sanidad o la fábrica de música, que emite regularmente el himno del estado y donde los números desfilan en grupos de a cuatro marcando el compás al más puro estilo militar. Los “números” no tienen nombre y se les asigna una letra seguida de un número, consonante y número impar para los hombres y una vocal y número par para las mujeres y no son considerados ciudadanos aislados ya que todos forman parte de un todo autodenominado “Nosotros” que da título al libro. Todas las actividades diarias como la alimentación (basada en el petróleo), las horas de sueño, el despertar o las horas de trabajo, están reguladas, hasta el sexo es pactado, por unas tablas y supervisadas por el Gran Bienhechor. El tabaco y el alcohol están prohibidos y se ha renunciado a la naturaleza. La electricidad se extrae de las olas. La ausencia de sentimientos garantiza la paz perpetua. Los edificios son transparentes y sólo se ocultan mediante una cortina eléctrica los días pactados para la práctica sexual. Las calles están plagadas de “Membranas callejeras” que no son más que micrófonos para controlar a la población (Números). Para esta sociedad resulta incomprensible que en el “viejo mundo” se dejarán las luces encendidas de las calles por las noches o que se pudiera trasnochar. Esta novela pone de manifiesto, como lo hacen obras similares, el peligro de los regímenes totalitarios donde no existe la libertad individual y cuya población es lobomotizada para conseguir la felicidad absoluta evitando que puedan tener pensamientos propios o cuestionarse el estado. Aquellos que no aceptan las normas, son ejecutados mediante un rayo que los disuelve. La novela está narrada a modo de “diario” personal por su protagonista, D-503, matemático y primer constructor de la “Integral' nave que será la encargada de difundir el “Estado único” a otros planetas. D-503 se verá influenciado por una mujer, el número I-330, que plantea dar un golpe de estado para acabar con esta sociedad “perfecta” y volver a la vida en libertad tras el muro verde. La obra recibió los elogios de Aldous Huxley y George Orwell, autores que tiempo más tarde publicaron obras de contenido similar, “Un mundo feliz” de Huxley y “1984” de Orwell, aunque sólo éste último reconoció verse influenciado por “Nosotros” al escribir su relato. Recomiendo su lectura a quienes gusten de este género, algo más de 200 páginas, especialmente si han leído “Un mundo feliz” y “1984”, destacando que está redactada con frases y descripciones poéticas y llenas de adornos literarios que la alejan mucho de lo que en teoría debía ser un texto más técnico. De las versiones traducidas del ruso al castellano, recomiendo la del traductor Alejandro Ariel González. |
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