La educación es la educación. Debemos aprender todo y después elegir qué camino seguir. La educación no es oriental ni occidental, es humana.
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La educación es la educación. Debemos aprender todo y después elegir qué camino seguir. La educación no es oriental ni occidental, es humana.
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Me parece que el mundo entero es como una familia. Cuando uno de nosotros sufre, todos debemos acudir y ayudar. Porque cuando la gente dice que me apoya, en realidad está diciendo que apoya la educación de las niñas.
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¿Cómo habían llegado las cosas a esto? ¿Cómo se convirtió un fanático ignorante en una especie de divinidad radiofónica? ¿Y por qué no había nadie dispuesto a desafiarle?
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Soy Malala, una niña como cualquier otra… aunque tengo algunos talentos especiales.
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When the whole world is silent, even one voice becomes powerful.
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Entonces pensé: Si golpeas a un talibán con un zapato, no habrá ninguna diferencia entre él y tú. No debes tratar a los demás con crueldad. Debes combatirlos con la paz y el diálogo.
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Yo había crecido oyendo la palabra terrorismo, pero nunca había entendido realmente qué significaba. Hasta ese momento. El terrorismo es diferente de la guerra, donde los soldados se enfrentan en la batalla. Terrorismo es sentir el miedo a tu alrededor. Es irte a dormir por la noche sin saber qué horrores traerá el día siguiente. Es abrazarte a tu familia en la habitación central de la casa porque habéis decidido que es el lugar más seguro. Es caminar por tu propia calle sin saber en quién puedes confiar. Terrorismo es el miedo de que cuando tu padre sale de casa por la mañana no regrese por la noche.
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Creo que hay algo bueno por cada maldad, que cada vez que aparece una persona mala, Dios envía a una buena.
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Cuando nace un niño en Pakistán, se celebra por todo lo alto. Se hacen disparos al aire. Se dejan regalos en la cuna del bebé. Y el nombre del niño se inscribe en el árbol genealógico. Pero cuando nace una niña, nadie visita a los padres, y las mujeres sólo muestran simpatía hacia la madre. (...) Mi padre no hizo caso de esas costumbres. He visto mi nombre —en brillante tinta azul— entre los nombres masculinos de nuestro árbol genealógico. El mío fue el primer nombre femenino en trescientos años. |
Vivir confinada bajo los velos me parecía tan injusto… y tan incómodo. Desde muy pequeña siempre decía a mis padres que, hicieran lo que hicieran las demás niñas, yo nunca me cubriría la cara así. Mi cara era mi identidad. Mi madre, que es muy devota y tradicional, estaba escandalizada. Nuestros parientes pensaban que era muy atrevida. (Algunos decían que insensata.) Pero mi padre decía que yo podía hacer lo que quisiera. «Malala será libre como un pájaro», decía a todos.
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¿Quién escribió la saga?