¿Jugamos?

A pesar de la culpa, también me tranquilizaba. La única persona que estaba en peligro, era yo.
Y por él, estaba dispuesta a arriesgarme a que se me rompiera el corazón.

El guion de mi vida había estado descansando en una mesa de café vieja y polvorosa hasta que Jim McAlister había entrado de golpe en la habitación y había desordenado todos los papeles. El libreto estaba hecho un completo desastre.

Encontrarte a ti misma no quiere decir que perderse en otra persona no sea hermoso.

Había sido un enamoramiento ingenuo. Y el enamoramiento se muere si no se transforma en amor.

Una pensaría que el cuerpo humano no puede procesar más tristeza después de sufrir tantas penas. Pero el corazón tiene una fastidiosa capacidad de aguante.