No pienses en un elefante rosa

“Recuerda, Aurora, que pedir ayuda no significa fracasar. Para pedir ayuda en estos casos hay que ser muy valiente. Y fuerte, también”.

Cuando se habla de salud mental en los libros lo habitual es que se haga a través de ensayos o memorias de personajes, populares o no, que cuentan en primera persona su experiencia. Lo que no es tan habitual es que la salud mental sea protagonista en una historia de ficción, y mucho menos tratada desde el humor. Es por eso que “No pienses en un elefante rosa” me ha resultado una lectura tan refrescante.

En teoría la vida de Aurora es perfecta: pareja, piso propio, trabajo, familia y amigas, pero en la práctica su situación es muy diferente. Su novio la ha dejado compuesta y con hipoteca, apenas habla con su familia y amigas para evitar explicarles aquello a lo que ni ella misma se atreve a enfrentarse, y ha decidido no coger vacaciones para así no tener tiempo libre para pensar. En medio de ese panorama, Aurora conocerá a Brais, un niño que acaba de mudarse a su edificio y que dará un vuelco a su vida.

Lo primero que me llamó la atención de este libro fue su portada (¿a quién no?), y el hecho de que trata de forma directa y sin tapujos sobre el trastorno obsesivo-compulsivo. Me parece una manera fantástica de visibilizar una patología que, en mi opinión, muchas veces se analiza y a la que se le intenta restar importancia, sin pararse a pensar la implicación que realmente tiene en la vida de las personas que la padecen. ¿Quién no ha escuchado alguno vez algo así como “es que Fulanito es muy maniático” o “es que me da TOC si (inserte aquí cualquier cosa absurda que no se hace como tú quieres que se haga)?

“No pienses en un elefante rosa” refleja la auténtica realidad del trastorno y cómo esas ideas intrusivas, obsesiones y compulsiones pueden llegar a condicionar la vida por completo. Si leyéndolo uno llega a sentirse verdaderamente abrumado, no quiero ni imaginar lo que debe ser padecerlo. Refleja también a la perfección ese sentimiento de vergüenza o culpa que se puede llegar a sentir, haciendo que uno se aisle cada vez más dentro de sí mismo.

Es una lectura ágil y repleta de humor en la que acompañaremos a Aurora en su día a día a través de un monólogo interior que me sacó alguna que otra carcajada; conoceremos episodios de su pasado, y seremos una mosca en la pared durante sus sesiones con el psicólogo. Pero si hay una cosa que realmente me gustó fue su relación con Brais, ya que sirve para humanizar al personaje de Aurora y aportar ese toque de ternura e inocencia que tan bien casa con la historia. Esta relación será responsable de algunos de los momentos más emotivos y conmovedores de la novela.

Lectura muy recomendable que sirve para visibilizar de forma amena y entretenida los trastornos mentales desde el humor, pero sin caer en la burla o el ridículo, que muestra cómo estos pueden llegar a dominarte por completo si los dejas y cómo, en ocasiones, la ayuda que necesitas llega de la forma que menos te esperas.

antia tiene la facilidad de contar lo que es vivir con TOC desde una base con humor, una forma maravillosa para hacernos ver desde otro punto de vista lo que es vivir con una enfermedad mental.
contamos con una divertida Aurora una chica con un lenguaje peculiar, que no se corta en decir palabrotas (y como te ríes con ella, y al mismo tiempo sufres)
Brais entra en escena y se colara en tu corazón, como el la vida de Aurora y... Shhh que si no spoiler.
El libro refleja los problemas que tenemos con la sanidad, sobre todo en el ámbito de la salud mental. Porque la salud mental algo que es tan necesario no se le da la visibilidad necesaria.
Es un libro muy emotivo, realmente adictivo, fue una lectura maravillosa
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Aurora es una joven que aparentemente lo tiene todo. Un buen trabajo, una familia que la quiere, amigas... Sin embargo, nadie sabe el calvario, que hay cada día dentro de su cabeza.

Aurora tiene TOC y las obsesiones, se han hecho dueñas de su vida. Ha roto con su novio, no ve a sus amigas... Y lo peor, es que nadie sabe por lo que está pasando.

Cuando su vecino, el pequeño y peculiar Brais, entra en la vida de Aurora, todo se volverá aún más patas arriba. ¿O quizá sea eso lo que necesita, para llegar a un punto de inflexión?

En un toque de humor, Antía Yañez nos adentra en el mundo de las personas con TOC. Con Aurora viviremos en primera fila, las conversaciones que tiene en su propia cabeza y cómo va pasando, por sus diferentes etapas. Eso, más las intervenciones de Brais, hacen esta historia única.

Una lectura que me ha sorprendido muy gratamente y que en tono de humor, nos introduce un tema importantísino como es la salud mental.
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Es una historia muy bien estructurada que trata el tema del TOC (trastorno obsesivo compulsivo) de una forma muy amena con total naturalidad para normalizar un problema que sufren a día de hoy muchas personas.

🐘 Aurora es una milenial con sus miedos y preocupaciones por tener que convivir con un problema de salud mental.
Conoceremos sus frustraciones y su lucha por intentar salir de su bucle mental en ése debate interno que le genera ansiedad.

💗 Su vida en apariencia es normal. Vive en la gran ciudad, trabaja en una oficina, tiene su círculo de amistades y hace y deshace cómo más le convenga ya que es un espíritu libre.

🧩 Entre su obsesión por la limpieza y que lleva el alcohol a cuestas para desinfectar, se topará con su contrapunto que es Brais.
Un niño superdotado que le intentará hacer ver que hay ciertas obsesiones que son absurdas.

🐘 Qué cierto es "El elefante rosa" la paradoja de bloquear pensamientos tan sencillo en apariencia pero difícil a la vez conseguir lograr ése objetivo.

💗 La pluma es sencilla y chispeante. Nos muestra la "cara oculta" con sus tonos grises para ponernos en la piel de Aurora y entenderla.

🌼 La trama nos deleita con momentazos desternillantes con su toque de originalidad y humor haciendo un retrato de ésta sociedad consumista y que busca la hiperproductividad yendo siempre a bólido las personas y por consiguiente la lucha diaria de las personas que padecen TOC.