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Oscar Wilde publica salomé en 1891. En esta obra trágica , Wilde se inspira en la historia de salomé relatada en la Biblia. Los datos de este personaje en la Biblia son muy escasos. Wilde abreva en la larga tradición de las mujeres fatales en la literatura occidental. Generalmente, las mujeres son retratadas ya sea como ángeles o como demonios. Se caracterizan por tener una belleza extrema o inusual, o un encanto que las destaca del resto de las mujeres. Sus destinos son desgraciados o prefigura un destino fatal para quienes las rodean. En la obra de Wilde todas las miradas contemplan a salomé: Herodes, los guardias, los esclavos, su propia madre, etc. Los ojos y todo el campo semántico de lo visual son dos elementos claves de este drama. La luna es otro símbolo, ya que a modo de ojo cósmico todo lo ve. Ella observa y es testigo de los sucesos y al mismo tiempo es contemplada por todos personajes que no dejan de mencionarla. Otro tema en esta obra es la identidad. Jokanaan es prisionero en el palacio. Herodes y Herodías discuten acerca de la identidad de este personaje. Herodías repite el rumor de que es el profeta Elías mientras que Herodes prefiere descreer de las habladurías porque tiene miedo. En la versión de Wilde, salomé pretende besar insistentemente a Jokanaan pero éste la rechaza incansablemente por ser hija de Herodías, una pecadora. salomé persigue a Jokanaan, Herodes a salomé y Herodías a Herodes. Después de tantas miradas e insistencia, salomé baila para el rey y pide la cabeza del profeta. En Wilde la iniciativa surge de la propia salomé a modo de venganza porque fue rechazada por el profeta: “Todavía no hay bastantes muertos. Llégate a los soldados y diles que bajen y me traigan lo que he pedido, lo que me ha prometido el tetrarca, lo que me pertenece”. de este modo la culpa recae en ella y no en su madre. Herodes afirma que 𠇎s un monstruo tu hija, ¡un verdadero monstruo!”. La belleza y la monstruosidad están unidas en la figura de esta mujer fatal. Herodes no soporta lo sucedido y da la orden de que ella también muera. La cadena de muertes se inicia con el suicida, sigue con el profeta y cierra con la propia protagonista de esta historia. |
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