Todos en la Academia Fairvale conocen a Bryson Keller, el capitán del equipo de futbol, increíblemente guapo, que no cree en los noviazgos estudiantiles. También saben del reto que Bryson aceptó: cada semana saldrá con la primera persona que se lo pida el lunes. Quien se atreve solo obtiene un romance de cinco días. No ha habido excepciones. Hasta que llegué yo. Porque el brillante Bryson Keller olvidó una cosa: nunca dijo que solo las chicas podían invitarlo a salir… La historia de este libro es sencilla y previsible, pero eso no quita que me ha encantado. El romance y su evolución es precioso y tierno, ambos protagonistas, Kai y Bryson, se complementan mucho y leer sus interacciones es divertido y bonito a partes iguales. Es uno de estos libros que con cada página te sacan una sonrisa y se te hace muy corto. Además del romance, otro de los puntos fuertes del libro es para tratar otros temas bastante duros. Kai es mestizo, algo que ha condicionado su vida y sus interacciones con otras personas y que se trata en la obra de una forma muy personal. La religión también es una parte muy importante de su vida y la de su familia, un conflicto con el que debe vivir al considerarse un pecado ser homosexual, lo que ha hecho que todavía no haya salido del armario con su familia. Éste último también es uno de los temas que más importancia y peso tienen en la obra, y me ha encantado el tacto con el que todo se ha desarrollado. Este libro es uno de esos que te lees en una tarde y que te hacen suspirar y reír con sus protagonistas. Una historia que se hace muy corta y de cuyos personajes me encantaría poder conocer mucho mucho más. Irbis. + Leer más |