A Tyler le gustaban los libros, le gustaba el silencio. Le gustaba organizar, ordenar y etiquetar.
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A Tyler le gustaban los libros, le gustaba el silencio. Le gustaba organizar, ordenar y etiquetar.
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Sucede en algunas familias: hay un hijo que no encaja, que no sigue el compás, que tiene el metrónomo puesto para otra melodía. En la nuestra era Tyler. Él bailaba un vals mientras los demás saltábamos en una giga; él era sordo a la música estridente de nuestra vida y nosotros éramos sordos a la serena polifonía de la suya.
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Siempre recordaré a mi padre en ese momento, su fuerza y la desesperación. Se inclina hacia delante, con las mandíbulas apretadas, los ojos entrecerrados, y busca en el rostro de su hijo una señal de conformidad, alguna arruga de convicción compartida. Y no la encuentra.
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(…) decisiones que contribuyen a forjar una vida: las decisiones que las personas toman, juntas o por su cuenta, y que se conjugan para producir un único hecho. Granos de arena, incontables, que se aplastan para formar sedimento y luego roca.
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La vida en una montaña proporciona una sensación de autonomía, una idea de privacidad y aislamiento, incluso de dominio. Es posible surcar ese vasto espacio a solas durante horas, vagar entre los pinos, arbustos y rocas. La quietud nace de la pura inmensidad; apacigua con su propia magnitud, que vuelve intrascendente lo meramente humano.
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Es posible que por un tiempo la fuerza de mi madre lo desplazara incluso a él, un torbellino de hombre con un gran carisma.
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Ahora comprendo que aquella noche la vi por primera vez, percibí su secreta fortaleza.
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Nuestra vida era un ciclo —el ciclo del día, el ciclo de las estaciones—, un círculo de cambio perpetuo que, una vez completado, significaba que nada había cambiado. Creía que mi familia formaba parte de ese modelo inmortal, que en cierto sentido éramos eternos. Pero la eternidad pertenecía solo a la montaña.
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El pasado es hermoso porque nunca comprendemos una emoción en el momento(...) (Virginia Woolf)
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La distancia -física y mental- recorrida en los últimos diez años casi me dejó sin respiración y me pregunté si quizá no había cambiado demasiado. Los estudios, la lectura, la reflexión, los viajes, ¿no me había transformado todo eso en una persona que ya no pertenecía a ningún sitio?
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La leyenda de Sleepy Hollow es un relato corto de terror y romanticismo, se desarrolla en los alrededores de...