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5⭐ Ryland Grace es el único superviviente en una misión desesperada. Es la última oportunidad y, si fracasa, la humanidad y la Tierra misma perecerán. Claro que, de momento, él no lo sabe. Ni siquiera puede recordar su propio nombre, y mucho menos la naturaleza de su misión o cómo llevarla a cabo. Lo único que sabe es que ha estado en coma inducido durante mucho mucho tiempo. Acaba de despertar y se encuentra a millones de kilómetros de su hogar, sin más compañía que la de dos cadáveres. Muertos sus compañeros de tripulación, y a medida que va recuperando confusamente los recuerdos, Grace se da cuenta de que se enfrenta a una misión imposible. Recorriendo el espacio en una pequeña nave, depende de él acabar con una amenaza de extinción para nuestra especie. Sin apenas tiempo y con el ser humano más cercano a años luz de distancia, habrá de conseguirlo estando completamente solo. ¿O no? Excelente lectura de ciencia ficción con mucho humor, ironía, ciencia y supervivencia la que nos entrega el escritor estadounidense Andy Weir, quién se hizo famoso hace ya unos años al pasar de ser un escritor novel al que nadie quería publicar su primera novela titulada “El Marciano”, a convertirse su libro en el guion de una de las películas más taquilleras de los últimos años, dirigida en 2015 por el célebre cineasta británico Ridley Scott y teniendo como protagonistas a Matt Damon o Jessica Chastain, entre otros y otras. Con esta novela titulada "Proyecto Hail Mary”, publicada por Nova en una edición muy chula con una tipografía adecuada para leer en papel sin dejarse la vista, el autor americano, asentado ya como una de las grandes figuras de la ciencia ficción, nos regala una novela de lo más divertida y agradable de leer, que se posiciona como una búsqueda de la esperanza desde la desesperación, un salto al vacío en busca de la supervivencia de nuestra especie, un ejercicio en el que tanto el protagonista o protagonistas tendrán que resolver tantas incógnitas como nosotros lo tendremos que hacer como lectores, pues desde el comienzo nos encontramos sumidos en la negrura de espacio y con muchas más preguntas que respuestas. Indicar que el nombre “Hail Mary” lo toma el autor de una jugada que se usa en fútbol americano (del que soy gran seguidor, "49ers" siempre) para lograr a la desesperada anotar un touchdown y que consiste en un pase en profundidad y con mucha parábola del quarterback hacia la zona de anotación para ver si los receptores son capaces de lograr agarrar el balón y anotar, en un movimiento dirigido por la desesperación y la supervivencia. Ambas palabras tendrán mucha importancia en la novela. La trama engancha desde el minuto cero y la necesidad de saber y conocer qué es lo que sucede será la que nos lleve a meternos de lleno en la historia, a conocer mejor a los personajes, que se volverán entrañables y con los que empatizaremos tanto que el final nos hará entristecer al no poder pasar más ratos con ellos y ellas. La historia irá haciendo saltos desde el momento presente en el que el protagonista está inmerso en la misión, hacia atrás en los que conoceremos a un Ryland mucho más “humano”, lleno de miedos y dudas y muy parecido a cualquiera de nosotros. Será esta una de las transformaciones que más llame la atención en la historia (junto a otra de la que no desvelaré nada 😊🎩😎), como el autor pasa de mostrarnos a un profesor de secundaria que ha abandonado su carrera científica, a encontrarnos ante un personaje que tras pasar por un coma y una amnesia lidera casi en solitario (no cuento nada más para no hacer spoilers) una misión suicida y llena de obstáculos. Los flashbacks nos ayudarán a entender los inicios del proyecto Hail Mary, cuáles fueron sus principales obstáculos y nos permitirán conocer a una mujer de la que será complicado olvidarse por mucho tiempo: Stratt. La novela tiene un ritmo narrativo frenético, con capítulos cortos llenos de información (y acción), con momentos delirantes rebosantes de ironía e ingenio, y aunque "Proyecto Hail Mary" es una obra de ciencia ficción cargada de complejos conceptos acerca de astronomía, biología, climatología, física o matemáticas (que por supuesto se escapan por completo del conocimiento general de la gente), el autor ha utilizado un lenguaje muy cercano y sobre todo ha espaciado muy bien las partes más técnicas de las más accesibles, utilizando para ellos tanto los flashbacks como los momentos de humor o drama. Terminar el libro es dejar atrás toda una aventura espacial (space ópera podríamos decir, incluso?) en la que gracias a la pericia del autor, nos sentiremos como si nosotros mismos estuviésemos dentro de los trajes espaciales en todo momento, la verdad es que su lectura es una experiencia de lo más sugerente y recomendable, tanto para los más iniciados en sci-fi como para los que sienten (sentimos) curiosidad por el espacio exterior. |
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