Villamansar

Villamansar es un pueblecito que pasa desapercibido para el mundo, sin embargo, este lugar perdido, donde nunca parece que pase nada, está lleno de vecinos y de secretos.
Cuando un joven de fuera viene al pueblo, los vecinos reaccionan ante el inminente peligro de que su frágil paz se rompa.
Está es una obra coral con gran cantidad de personajes, a los que iremos conociendo a través de un narrador omnisciente que nos habla en tercera persona. Su prosa es ágil, así que los 15 capítulos de los que se compone el libro se leen con facilidad.
En los primeros 5 capítulos sólo nos habla de personajes, nos los presenta mostrándonos retazos de sus historias. No es hasta el sexto capítulo cuando se empieza a disternir de que va la trama. Esto me hizo sentir algo de confusión y, al terminar el libro, volví a releer los 5 primeros capítulos para asegurarme de que no se me hubiera pasado algo. Tengo que decir que esta segunda lectura se me hizo más fácil porque a estas alturas ya sabía quienes eran los personajes. En la primera lectura me sentí abrumada con tantos nombres, no me enteraba de quién era quién. Sentí como que me presentaban a demasiados personajes en poco tiempo.
La sensación de haberme saltado algo en la lectura, no solo la tuve en el quinto capítulo, porque la autora hace que los personajes planteen algo y, sin explicarnos como sucede, sigue la historia como que ya ha pasado.
A pesar de esto, la novela me ha gustado y la trama me ha parecido original, al no tomar el rumbo que me había imaginado. ¡Grata sorpresa!
La narración de las historias personales de los personajes me ha parecido de lo mejor : he conseguido sumergirme en ellas y comprender cómo actuan. En cierto punto del libro, me invadió la sensación de que la autora no sentía mucho amor por sus personajes, porque de todos ellos nos iba mostrando algo desagradable. Luego, cambié de opinión, al pensar que esos detalles los hacían más reales y humanos.
La trama se resuelve en el ante último capítulo y, el último, funciona a modo de epílogo y nos va cerrando las historias de todos los personajes. Agradezco mucho esto porque, a estas alturas, ya me había encariñado con ellos y quería saber como terminaban.
Está ha sido una novela que he disfrutado. Llegó un momento en el que la lectura me enganchó de verdad y no me duró nada. La terminé con una sensación placentera. Y bueno, que me volviera a leer los primeros capítulos para entender todo mejor, dice mucho de mí actitud ante esta obra.

Es lo primero que he leído de esta autora y lo cierto es que ha sido todo un descubrimiento.
La trama nos presenta un pueblo cualquiera de esos que pasan completamente desapercibidos en el mapa, en el que aparentemente no pasa nada, como en tantos otros , en el que todos sus habitantes se conocen y esconden muchos secretos detrás de lo que a primera vista aparentan, secretos que durante años han permanecido dormidos y que despiertan con la llegada de Álvaro, un joven de ciudad y cuyo abuelo había vivido en Villamansar. Su propósito es recuperar lo que él cree de su propiedad y para ello de una manera desafiante va atacando a cada uno de los habitantes del pueblo intentando lograr su objetivo. Sus malas formas, su prepotencia minusvalorando a los habitantes del pueblo, sus preguntas,... hacen que esas aguas apaciguadas que escondían todos los secretos que cada uno de ellos guardaban se revuelvan sacando toda la podredumbre de cada uno, las máscaras van cayendo y todo va saliendo a la luz.
Es una novela de lectura ágil que mantiene al lector dentro de la intriga para desvelar todo el misterio, con personajes que evolucionan e incluso algunos se liberan de la carga que le ha supuesto todo lo que ha permanecido escondido, personajes que no se dejan doblegar a pesar de las heridas que abre la llegada del forastero.

A cualquier persona, como yo, que viva en un pueblo pequeño las muchas historias que ocurren en Villamansar le sonarán.

Algunas veces se tiene la idea, bastante equivocada, de que en estos pueblos nunca pasa nada, que todo es apacible y bucólico. En esta novela, Dominique Vernay hace un retrato bastante fiable de la realidad. Si quieren, por aquello de que es ficción, uno puede exagerar un poco, pero no tanto.

«Villamansar era un pueblo como muchos otros. Una vez cruzado, nadie lo recordaba». Un pueblo en el que las historias, los secretos, las venganzas y los odios enquistados están enterrados, o escondidos en los desagües, como bien demuestra el tesoro que mantiene Indalecio. Secretos que solo se cuentan entre susurros, cotilleos o sueños hasta que llega un día en el que empiezan a abrirse las ventanas y salen a la luz del día. Y ese momento ocurre con la llegada de un forastero, Álvaro, un joven procedente de la capital que tiene la pretensión de recuperar un valioso cuadro que dice perteneció a su familia. A partir de entonces, las vidas de Violeta, Bernarda, Antonio, Ramón, el inglés y la Puri darán un vuelco. En algunos casos, un vuelco irremediable.

Dominique Vernay ha escrito una historia rural que se mueve entre la intriga, la novela negra y el humor (un poco negro, también) que nos lleva a una lectura muy amena, original y que te mantiene en vilo hasta su desenlace entre las calles y los habitantes de este pueblo, Villamansar donde, como en cualquier otro, parece que nunca pasa nada, excepto cosas muy raras como lluvia de ranas, o el nacimiento de unas calabazas con forma de Niño Jesús.

Una lectura muy recomendable para conocer los entresijos de la sociedad rural, de las relaciones entre sus habitantes y los vaivenes de la vida.


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Villamansar ha sido un libro que he empezado con muchas ganas y que sin duda, no ha defraudado. No es muy largo y me resultó una lectura muy amena de verano. Los veranos son también los momentos en que volvemos al pueblo y a lo largo de estas páginas me ha evocado en varios momentos a él, la manera en que se relacionan los personajes, los secretos personales que se esconden, la vida diaria con los vecinos....

Villamansar es un pueblo tranquilo, se nos van presentando los personajes poco a poco y nos contarán como es su vida. La llegada de un forastero buscando un cuadro que supuestamente pertenecía a su familia, altera la calma del pueblo y hace remover el pasado de sus vecinos.

Poco a poco, y a través de sus propios protagonistas, vamos desgranando lo que ocurrió hace tiempo en el pueblo entre sus calles pero también veremos esa unión que se produce en los pueblos ante las adversidades y ante un enemigo común.

La vida no es sencilla en ningún caso, pero contar con los vecinos, y muchas veces amigos, te hace no sentir tan solo ante las adversidades, y esto es algo que se percibe también en este libro.