El asesinato de Julio Roster

En este libro nos encontramos con una novela negra en la que, desde el inicio, se nos presenta el asesinato de Julio Roster. A partir de este momento se irán dando datos que nos harán dudar de quién es el asesino.

La idea me ha parecido original, sin embargo, creo que se podría haber explotado mucho más, es decir, la trama podría haber dado lugar a una novela bastante más larga, pues, desde el inicio, los hechos se limitan a averiguar quién es el culpable de la muerte del señor Roster. Así, considero que se podría haber indagado más en la vida de alguno de los personajes o incluso del inspector.

En lo relativo a los personajes, me han parecido algo numerosos para una lectura tan breve; no obstante, la guía de personajes hace que en ningún momento dudes acerca de quién es uno u otro. de entre todos ellos, me ha gustado especialmente Héctor Paz, quien, sin ser detective, ayuda al inspector Montgomery a la resolución del caso. Me ha resultado un personaje muy entrañable y cercano. Héctor es el encargado de narrar la novela, pero no se limita a eso, sino que también nos hace partícipes de sus sospechas y cavilaciones. Estas apreciaciones ayudan a guiar al lector, sin embargo, creo que pueden ser excesivas y que se podría haber prescindido de ellas y haber dejado que sea el lector quien vaya construyendo sus hipótesis con la ayuda de la libreta final.

En cuanto a la edición, comenzaré por su portada. Esta tiene un acabado encerado, lo que resulta relativamente novedoso frente a otras publicaciones. Como siempre, agradezco que el título del libro aparezca en un tamaño superior al de la autora. El dibujo en sí es sencillo, aunque muy revelador (quizás demasiado). Si, en mi opinión, hay algo que cambiaría, eso es el dibujo de la calavera, que directamente lo suprimiría. Si nos adentramos en su interior, el libro se inicia con un índice numerado; así, en él encontramos las siguientes partes: una guía del lector en la que se mencionan los nombres de los personajes y sus características; el prólogo; trece capítulos; los canales para contactar con la autora; y, para finalizar, algo muy novedoso: la libreta del inspector Montgomery, en la que la autora nos reserva un espacio para que vayamos anotando las pistas, los sospechosos y sus coartadas, y las hipótesis y deducciones. Por su parte, el formato de los capítulos es sencillo y el tamaño de la letra no es muy grande, pero se puede leer cómodamente. La forma de escribir de la autora es sencilla, lo que, unido a capítulos muy breves y, la mayoría de ellos subdivididos, hace que se lea en muy poco tiempo. Lo único que ha hecho que la lectura me haya resultado diferente, que no difícil, es que la autora utiliza palabras y la forma de escribir propias de Argentina.

En definitiva, me ha parecido una lectura entretenida, aunque algo breve. Me ha recordado ligeramente al estilo de las novelas de Agatha Christie, por lo que, si te gusta este estilo, puede ser una lectura que disfrutes.