La noche del cometa

Últimamente no dejan de llegar a mis manos libros que relacionan la escritura y la enfermedad mental, y el último de ellos ha sido “La noche del cometa”, de Sebastiano Vasalli.

Una suerte de biografía novelada en la que se mezclan relatos, correspondencia, testimonios… con profundas reflexiones y muchas ansias de justicia para con el poeta Dino Campana quien, como tristemente ha sucedido con muchos autores, no disfrutó del reconocimiento que merecía ni en vida ni después de su muerte.

Un libro en el que se nos narran los problemas del poeta con la familia y la sociedad, las cuales podrían extrapolarse a muchas de estas personas cuya genialidad siempre ha sido puesta en entredicho; ¿es la enfermedad mental la que hace que sean tan brillantes y a la vez tan incomprendidos? ¿O son brillantes independientemente de su estado mental? ¿Es realmente importante si tienen equis enfermedad para valorar su obra? ¿Tendríamos esto en cuenta si la enfermedad fuera física? Estas son algunas de las preguntas que no dejo de hacerme cada vez que leo un libro de este tipo, cada vez que me topo con un autor o autora de estos que tan injustamente denominamos “malditos”.

En esta obra Vassalli nos dibuja un recorrido por la vida de Campana desde su infancia hasta el final de sus días, poniendo en evidencia el trato que sufrió tanto por su familia como por sus vecinos y la sociedad en general, y evidenciando de paso las condiciones tan sumamente inhumanas a las que se veían sometidos los pacientes de salud mental en los centros psiquiátricos, en este caso, de la Italia del siglo XX.

Un libro de lo más interesante que me ha zarandeado en muchas ocasiones, con pasajes muy duros e intensos y otros un tanto erráticos y desconcertantes, pero que sin duda ha conseguido despertarme mil y unas sensaciones. Lo que está claro es que Vassalli, con esta obra, consiguió justo lo que pretendía, elevar el nombre de Dino Campana a los oídos, los ojos y la mente de los lectores, erigiéndose en la voz de la justicia e impidiendo así que su obra caiga en el olvido.

Un metro y sesenta y ocho centímetros de estatura, carnación rojiza, pelo castaño y liso, ojos castaños, dentadura sana; detalles particulares: una peca en la mejilla derecha. Esta descripción física, procedente de la ficha de la Academia Militar de Módena, es la de Dino Campana (1885-1932), poeta errabundo cuya aura maldita atrajo hasta el punto de protagonizar un cuento de Tabucchi (“Vagabundeo”), las películas Engañados (Luigi Faccini, 1985) y Un viaje llamado amor (Michele Placido, 2002), el monólogo Casi un hombre (Gabriel Cacho Millet, 1977) y esta novela de Vassalli, titulada La noche del cometa (Altamarea, 2021). A pesar de que "una barca, una alfombra pueden durar siglos; el recuerdo de un hombre, no", Vassalli reproduce pasajes de su obra, testimonios, correspondencia, corrige errores, cita expedientes y recorre las andanzas de "la historia y la amarga verda" de Dino Campana.
La obra de Campana se titula Cantos órficos (1914), de corte simbolista, influenciada por Rimbaud y la plástica vanguardista, con la anáfora y la analogía como recursos recurrentes. Vassali emplea versos de los Cantos órficos para vincularlos con momentos biográficos de Campana, porque esta novela es una aproximación biográfica a lo que pudo ser el poeta italiano, porque no pudo ser militar, no fue querido en su entorno familiar, no fue querido en su pueblo, no pudo ser químico, no fue leído por los escritores contemporáneos, no fue futurista y no fue entendido por las mujeres... "Las mujeres es un problema irresuelto" para un hombre capaz de decir de Papini que es "un charlatán de plaza cuando habla de poesía".
Vassalli fija el inicio de su condición de escritor a partir de los 20 años, que coincide con sus inicios como lector, y el crepúsculo del razonar de Campana a partir del otoño de 1915, fecha que coincide con el cese de los versos. Por lo tanto, son solo 10 años como escritor, pero el suficiente atractivo enigmático como para generar una leyenda de malditismo sobre su figura, sobre todo en Italia, sobre todo en Sebastiano Vassalli.
Este libro fue publicado en Italia en 1984, pero en esta edición Vassalli le añade Despedidas, lo que es una nota aclaratoria, y Navidad en Barradi, que hace referencia al último día de felicidad entre Dino y Sibilla y señala el origen de este libro, así como los sorprendentes resultados de algunas de sus pesquisas.
Oh Dino Campana que estás en los cielos.

La vida del poeta italiano Dino Campana es una de tantas historias que desconocemos y de la que solo nos llegan los murmullos, malintencionados o no; los ecos y epítetos que reducen la fertilidad de las palabras a conceptos vacíos que ahuecan y condenan.

Sebastiano Vassalli se propuso reconstruir el periplo vital de Dino, que le llevó a recorrer numerosas ciudades huyendo de sí mismo, de su familia, de la sociedad de Marradi que le perseguía en la distancia, en las alucinaciones, en los juicios. Pero ¿cómo conquistar la verosimilitud de una historia si todos los que aparecen en ella están muertos? Enemigos, familiares, poetas, médicos, enfermos…

Resumir las variopintas y complejas situaciones que se nos muestran en esta biografía no es tarea sencilla, como tampoco seguirle el ritmo a este trayecto frenético y desconcertante. Hasta ahora he querido evitar hablar de la locura, pero no podemos obviar que es el hilo conductor de este relato, un informe novelado sobre las idas y venidas de Campana con la justicia, con su familia y con los manicomios.

Vassalli no duda en exponer a aquellos que, en el pasado y también en el presente, intentaron ensombrecer al poeta y someterlo al membrete de loco. Es especialmente interesante esa especie de epílogo final en el que el autor nos cuenta las dificultades con las que se encontró a lo largo de los años en su lucha por defender y situar en el punto justo a una leyenda de las letras italianas.

Viajaremos entre la realidad y la ficción porque, como el propio Vassalli apunta, no disponemos de todos los documentos necesarios para conocer qué ocurrió realmente y esto dificultará acallar los rumores que el tiempo escupe con el beneplácito de aquellos que consienten sin cuestionarse.

Lo que a priori parecía un libro del que no sabía muy bien si me podría interesar, se ha convertido en una lectura llamativa que nos habla de la importancia de claudicar con aquello que los demás utilizan para definirnos.

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