100 poemas. Antología: 366

Escritora de cartas, teatro, diarios, ensayos y poesías, Marina Tsvietáieva, intelectual incómoda para el régimen soviético que la obligó a exiliarse, ha sido calificada desde sus primeras publicaciones en 1910 como original, polifacética, excéntrica, experimental, valiente, apasionada y difícil de clasificar en ningún movimiento literario ruso concreto. Tradicionalmente se la ha situado entre la poesía acmeista y el simbolismo, pero su poesía contiene claras reminiscencias del romanticismo europeo. Se relacionó emocional e intelectualmente con numerosos escritores de la época, como Óssip Mandelstam, Borís Pasternak, Sofía Parnok, Anna Akhmátova, Rainer Maria Rilke y Anna Teskova, entre otros.
Todos los poemas de Marina Tsvietáieva reflejan un ardor, un arrebato, un enardecimiento emocional sin límites, ya sea en relación con la exaltación amorosa, como con la relación más intelectualizada con la humanidad entera. Cada una de sus palabras, sus versos son una pura provocación y reflejan una obsesión por el destino y el fuego abrasador que la consume interiormente, que la conduce siempre al límite en sus relaciones con las personas y con el mundo. Marina Tsvietáieva se siente una incomprendida, una marginada y, con todo, sus poesías exudan una fuerza sin límites y un deseo de comunicación y comprensión realmente impactante, estremecedor.
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