A sangre fría

‘A sangre fría' es uno de esos libros cuya “leyenda” va más allá de sus páginas. En torno a su proceso de creación han corrido ríos de tinta, se han grabado también películas, documentales… Así, es difícil meterse en la novela completamente en blanco, sin tener una idea preconcebida de lo que vas a encontrar. Por ejemplo, yo me imaginaba que encontraría a Capote y Harper Lee como dos personajes más, contando en primera persona, como viajaron hasta Holcomb (Kansas) en 1959 para cubrir la investigación (y posterior juicio) del brutal asesinato de todos los miembros de la familia Clutter. Y, aunque esto habría sido muy guay también, ‘A sangre fría' ha superado todas mis expectativas.  
 
‘A sangre fría' es una crónica novelada de un asesinato real. Nos narra, primero, el último día de vida (sin que ellos lo supieran) del matrimonio Clutter y sus dos hijos menores, con el magistral título de capítulo ‘Los últimos que los vieron vivos'. Así, conocemos de una forma extraordinariamente cercana y casi fotográfica a esta próspera familia, muy apreciada y respetada en su comunidad. al mismo tiempo, vemos como dos hombres, planean algo. ¿El resultado? Una masacre.
 
De ella surgen mil preguntas, ¿por qué? ¿cómo? Y, por horrible que parezca, necesitas conocer todos los detalles. Con el paso de las páginas, Capote va desplegando ante el lector una imagen detallada de los días y años que siguieron al crimen. Siguiendo el avance de la investigación, pero también el shock del pueblo y todos sus habitantes y, por supuesto, no perderemos de vista a los asesinos, quienes toman, una detrás de otra, unas decisiones que vistas desde fuera, solo puedes determinar cómo malas si lo que buscaban era salir impunes. Y eso que casi lo consiguen.
 
El uso de un narrador en tercera persona, ajeno a la trama, que describe sin involucrarse, de forma fría y certera, baña toda la obra de una pátina de realismo y credibilidad. Es muy difícil pensar que ningún detalle de los hechos sucedieran de forma distinta a cómo te son contados. Así, Capote logra dar una sensación de objetividad increíble, que solo se rompe (a mi juicio) en la parte final, centrada en los años de los criminales en prisión esperando su condena. Fueron en esas páginas donde sentí que Capote trataba de hacer calar un sentimiento propio en el lector. Después de acabar el libro, en el proceso de investigación por el que creo que es imposible no pasar, he visto como efectivamente, parece que Capote intimó mucho con los criminales en aquellos años, y son muchas las voces que opinan que, en los relatos de sus vidas, Capote dejó de lado la realidad, para buscar más allá humanizarlos, la empatía del lector con ellos. Parece que Capote quiso, ya que sus nombres pasarían a la historia bañados en sangre, salvarlos en cierta manera en su obra, ahondando en la complejidad humano y presentándolos en cierta manera como víctimas (de su entorno, de sus malas decisiones, del sistema judicial…).
 
En cualquier caso, una novela de diez. Una obra maestra sin lugar a dudas. Un libro del que muchos otros beben. Un retrato y construcción profunda y detallada de todos los personajes que aparecen, una presentación de la historia tan realista que aparece ante tus ojos. No he leído este libro, lo he visto. Y sus palabras no se borran de mi cabeza. 
 
Tengo escenas grabadas en la retina para siempre pero… si tengo que destacar algo, es como, las escenas de interrogatorios y confesiones lograron dispararme las pulsaciones. ¡Qué libro! Me planteo seriamente que haya roto para siempre mis horas de disfrute leyendo novelas negras, ¿después de ‘A sangre fría' como se sostiene cualquier otra?
 
Una novela escrita en los 60 de una modernidad tan brutal que asombra en su aproximación a mil y un temas más allá del crimen (salud mental, abusos, traumas, sistema judicial,…). ¿No es la atemporalidad es una de las características que se atribuyen a los clásicos? Mucho más que el relato de un crimen, más que un retrato social, más que una aproximación a víctimas y asesinos. Una obra que ahonda en la complejidad del ser humano, que te obliga a pensar, a darle vueltas a las cosas.
 
Uno de esos libros que cuando lo lees piensas, ¿por qué he tardado tanto en hacerlo? Esperando con ganas el momento de reencontrarme con él, porque sí, ‘A sangre fría' se relee. Seguro.
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