El odio que das

Confrontación de dos mundos: fragmentación del personaje



Nuestra historia comienza una noche de sábado en la que los chicos del barrio de Garden Heights se reúnen para celebrar el fin de las vacaciones de primavera. Kenya se lo está pasando genial, no tanto así su amiga Starr que se siente un poco desubicada; desde que va a un colegio de blancos, el Williamson, no para mucho por el barrio. Por fortuna, se encuentra con su amigo de toda la vida Khalil, pero un problema entre bandas hace que tengan que salir corriendo de la fiesta. de vuelta a casa en el coche, la policía les para y a causa de una malentendido el policía dispara a Khalil. Este muere delante de Starr.



Como podréis imaginar, la novela trata de la muerte de Khalil, de por qué se produce y qué consecuencias merece. Pero en medio de todo ello tenemos a Starr. No es una novela solo política, que lo es, sino que además es una novela sobre nuestra capacidad de cambiar el mundo.



Después de esa noche el personaje de Starr va a tener que enfrentarse a muchas decisiones, algunas de gran peso: ¿debe declarar ante el juez qué paso esa noche?, ¿servirá de algo e imputarán al policía?; pero sobre todo va a suponer una reflexión profunda sobre su condición, la autoimpuesta y la que le imponen los demás. La autora nos explicará de manera honesta e inteligente lo que significa ser negro, lo que conlleva serlo respecto a tu comunidad, lo que conlleva serlo con respecto a los blancos. Y sobre todo más allá de todo esto nos planteará dos cuestiones: ¿qué significa serlo?, ¿qué quieres ser?

Para hacerlo, Angie Thomas nos enseñará cómo son esos dos mundos en los que Starr se divide. Nos enseña cómo es Garden Heights, con sus normas propias, sus conflictos entre bandas y sus reivindicaciones raciales, representado mediante el padre de Starr, Mav; pero también el deseo de sus propias gentes de integrarse y no asociar lo negro con lo bajo, con lo que hay que esconder, como vemos con la madre de Starr y su tío Carlos. En este sentido, creo que la novela es una llamada a todas las partes, puedes convivir con el resto y esto no significa faltar a tus raíces, pero tampoco hay que dejar de reivindicar.



Pero no es fácil y esto nos lo muestra Starr, que vive en su figura la confrontación del «barrio» con el «mundo» cada vez que va a clase. Y es que el libro nos cuenta algo que nos sucede a todos, seamos blancos, negros, asiáticos… y es que parece que aquellos que tienen dinero, poder, son aquellos que viven en lo que podemos llamar Mundo. La Starr de Williamson, como ella misma se denomina, debe ser una chica sumisa y muy educada. No puede enfadarse, debe hablar correctamente, porque si no será «la negra de barrio». Puede parecer que es algo que no tiene nada que ver, pero os puedo asegurar que el libro nos deja bastantes ejemplos para que nos demos cuenta de que aquí (desde el sitio donde leas esta reseña), también pasa.



¿Qué es la justicia? El poder de las palabras





Cuando Khalil está en el coche, habla con Starr de los problemas que hay en el barrio y de los cuales a lo mejor ella no se ha enterado porque está en «ese mundo de blancos». Ante ellos, Starr piensa que siempre hay una salida y en ese contexto Khalil le cuenta el significado que el cantante Tupac dio a la expresión Thug Life. No diré más para que lo descubráis vosotros, pero mediante esta idea la autora nos explica que las palabras tienen un peso importantísimo en la formación del mundo y las personas, que según cuáles utilicemos podremos marcar la diferencia. Porque hay dos armas para hacer justicia, la pistola o el megáfono. El problema es que si te equivocas con una hay remedio y con otra no.

Esta será la otra cuestión que abrumará a Starr, ¿cuánta capacidad tiene ella para hacer justicia a Khalil? ¿Sabrá expresar bien lo que sucedió aquella noche? Si habla, el barrio puede alterarse y las bandas ponerse en pie de guerra, si no lo hace todo seguirá igual y podrá volver a suceder. Poco a poco vemos como su conciencia y los sucesos que siguen a la muerte de su mejor amigo la van formando para tomar una decisión. En el camino, desencuentros con sus amigas blancas, pero también profundo apoyo de otras; negros que le dicen que no actúe, que la justicia se consigue de otra manera; pero también amigos y familia que tienen la firme convicción de que las cosas se pueden cambiar.



En este sentido los personajes secundarios están configurados perfectamente. No ha habido ninguno que no pudiera entender, aunque no estuviera de acuerdo con su postura, o que no pudiera saber cómo pensaba. La escritura de la autora es genial en este punto: empleo de jerga, de cambios de registro según el lugar y empleo de conceptos lo más aproximados posible. No ha ocultado ni un ápice las cosas malas de unos y de otros, no encumbra a ningún personaje y hace que gracias a ello cada uno sea imprescindible en la historia. El padre de Starr Big Mav, así como King, DeVante, o Chris y Hailey, por ejemplo, son personajes sin los cuales no comprenderíamos lo que pasa Starr, su fragmentación y su conflicto.



Comprendiendo un mundo que es el nuestro



¿Qué más os puedo decir de la novela? Pues un montón de cosas más, pero estas ya tendrían spoiler. La relación directa entre el mundo de la Starr de Williamson y la Star de Garden Heights se ve en la novela y os diré que se parece demasiado a lo que nos encontramos cada día. Somos poco conscientes de los prejuicios que tenemos, somos poco conscientes de los prejuicios que los demás tienen.



Recomiendo la novela sin duda. Como he explicado más arriba la considero imprescindible porque nos cuenta desde todas las perspectivas (blancos/negros, pobres/ricos, policía/civiles) acontecimientos que, incluso en el peor de los casos, continúan viviéndose hoy en día. Siempre me imagino que cada uno de nosotros está en una torre y ve impasible lo que pasa fuera de ella. Con esta novela, aún estando en la torre, no podrás quedarte indiferente.
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