Nada importa es el manual de la buena vida, de lo que debemos atesorar como si no hubiera mañana siendo conscientes de que puede que realmente no lo haya; de lo que debemos dejar marchar. Es la mirada amable de las cosas bonitas, de los atardeceres en la playa, los brindis con los amigos, los amores y las pérdidas, que también, a veces, vienen a sanar. Es un manifiesto para la vida. Una vida en la que todo importa y nada es definitivo. Terrés es el maestro del disfrute y eso, en Nada importa, se nota.
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