Ciudad de Yotsuya, Barrio de Hanazono

De Kan Takahama leí hace años “Monokuro Kinderbook” y “Mariko Parade” (que realizó en colaboración con Frédéric Boilet), y al ver en oferta hace poco esta otra obra suya me decidí a comprarla porque tenía buen recuerdo de aquellas, sobre todo por el dibujo, enmarcado dentro del estilo de la bande dessinée franco-belga.

Nos encontramos en el año 1926 en Tokio. Ishin es un joven escritor de provincias que se ha rebelado contra su familia y se ha ido a la gran ciudad a cumplir su sueño de trabajar como escritor. Junto a su editor Aoki lanzarán la revista de contenido erótico “Las puertas del sexo”, que sin saber bien cómo logra pasar la censura y resulta ser un éxito de ventas. En los primeros capítulos vemos cómo editor y autor tratan de inspirarse para la revista, haciendo experimentos sobre el deseo, acudiendo a una sesión de dibujo de desnudo femenino, participando en un festival para tener una cosecha fecunda, etc.

Ishin se enamora de la modelo que posaba desnuda, Aki, y vivirán un bonito romance hasta que los acontecimientos políticos se interponen entre ellos. En una de sus sesiones Aki es capturada por la policía y se le acusa de formar parte de una banda socialista clandestina. Para conseguir sacarle de la cárcel Ishin tendrá que recurrir a sus contactos familiares, pero a cambio de ayudarle le obligan a volver a su casa en Kumamoto para hacerse cargo de la familia puesto que sus dos hermanos mayores han muerto. Ishin sabe que en su familia no verían bien que se casase con Aki porque es hija de una prostituta, por lo que se marcha sin darle explicaciones, pero ella le busca y continúan su romance allí a pesar de las reticencias de la madre de Ishin. Pero entonces Ishin es llamado a filas y vuelven a separarse.

Me ha parecido interesante la evolución del manga, pensaba que se quedaría en el tema de la revista erótica pero se convierte en una historia de amor en la que cobra mucha importancia el momento histórico. Con lo que tenía más expectativa era con el dibujo, pero me ha gustado menos de lo que recordaba, así que la lectura ha sido un poco agridulce.