Estas brujas no arden

"Si alguien puede volver a empezar, esa eres tú".

Tú y yo? Estamos destinadas a estar juntas.

Los nuevos comienzos definitivamente pueden ser buenos.

No me equivoco. Las relaciones a distancia son duras, pero creo que podemos lograrlo. Quiero que lo logremos.

Ella te lastimó, Hannah. No dejes que te haga sentir culpable por intentar sanar. No le debes nada.

–Porque –digo, con la voz tan baja que casi es consumida por las lágrimas–, estoy aquí parada, diciéndote cuánto me has lastimado y no puedes oírlo. –Mis ojos se llenan de lágrimas. He perdido las fuerzas para ocultarlas–. Rompiste mi corazón y ni siquiera lo has notado. ¿Cómo puedo…? –Se me cierra la garganta y aparto la vista–. ¿Cómo podría confiar en que vuelvas a unir las piezas?

"Los crímenes de la Hermana Menor debieron haberle costado la inmortalidad, pero la Diosa Madre se apiadó de ella, su hija preferida. En su lugar, prohibió a las Diosas Hermanas cualquier interferencia en los asuntos de los mortales".

"Después de que la Hermana Mayor creara a las Brujas Conjuradoras y la Segunda Hermana a las Elementales, la más joven de las Tres Diosas Hermanas sintió celos. Incapaz de crear brujas por sí misma, se escabulló en el jardín de la Diosa Madre, se pinchó el dedo con una rosa y sacrificó su propia magia para crear a las Brujas de Sangre".

"Extiendo el brazo y paso las pintas de los dedos sobre la llama. Una docena de hebras de poder mantienen al pequeño fuego con vida a pesar de la llovizna".

"Cuando la humanidad era joven, las Tres Diosas Hermanas obsequiaron a los humanos con magia y crearon cada uno de los clanes. La Segunda Hermana cubrió al mundo de tormentas, y aquellos que no sintieron miedo y bailaron bajo la lluvia ganaron el poder de controlar los elementos. Se convirtieron en Elementales".