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Para mí el verano suena a antología. Es la época del año en la que más me gusta consumir colecciones de relatos, y más si tienen algo que ver con el terror. El año pasado fue Mariana Enríquez y en éste me paso al lado CiFi con Anna Starobinets. En «La glándula de Ícaro» la autora, que me enamoró con su estilo crudo, aséptico y directo en «Tienes que mirar», nos ofrece siete relatos que se encuentran en ese punto en común que tienen la ciencia ficción y el terror. Después de todo, Anna es considerada una reina del género en su país de origen y para muchos otros autores. Estos relatos son entretenidísimos y perturbadores. En todos ellos hay un poso de crítica social ácida, llena de sorna y con ciertos toques de humor negro. En estas historias se respira transhumanismo, metamorfosis, terror corporal, biopunk… Lo que está claro es que Anna Starobinets tiene una enorme imaginación. También es cierta una cosa: no ha sido el libro de mi vida. Me ha costado en ocasiones captar las situaciones más abstractas y los saltos narrativos, ya sea por las descripciones y hechos como por la propia naturaleza de los cuentos. Aún así, eso no quita que sea un libro divertido y turbador que merece la pena echar un vistazo, sobre todo si te gusta el género. Mis relatos favoritos: �l lazarillo, sobre la cruel industria cinematográfica en cuanto a los guionistas (cosa que toca muy de cerca a Starobinets). �l parásito, sobre los fanatismos religiosos. 🖤Spoki, sobre el peligro de dejar que las tecnologías críen a los niños. |
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