—¿Estás segura, Gussie? —Ya hice todo lo que se hace en esta taberna: vi mujeres bailando el cancán, bebí whisky de centeno, hasta me acostumbré al humo de tu cigarro. ¿Por qué no jugar al póker, también? |
—¿Estás segura, Gussie? —Ya hice todo lo que se hace en esta taberna: vi mujeres bailando el cancán, bebí whisky de centeno, hasta me acostumbré al humo de tu cigarro. ¿Por qué no jugar al póker, también? |
—Usted es distinta de lo que imagine al principio. —Usted también. —Esta... esta guerra en la que estamos enzarzados, le parece divertida, ¿no? —Quizá, en cierto modo. Nada resulta como lo imaginé. Es decir, ¿qué general le revela sus planes de batalla al enemigo? |
Pero Gandy nunca le había prestado atención. Era de la clase de mujeres que se confundía con la cera gastada. Una polilla gris sobre una roca gris.
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Querida mía, estoy tan orgullosa de usted, tan orgullosa... —Le oprimió los dedos con firmeza—. Yo me dije: 'He aquí una mujer que no retrocede ante nada. ¡He aquí a una mujer a la que quiero luchando a mi lado!'.
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Gregorio Samsa es un ...