Promesas

Qué manera de renegar con este libro!
Pero es que los protagonistas me cayeron muy mal y cuando esto sucede la lectura se vuelve cuesta arriba. En algunos casos excepcionales el desagrado por los personajes principales no mancha demasiado la historia, pero con Promesas no pasó porque el romance entre ellos es la trama principal y nop... no me gustaron, no me convencieron y no me creí su amor.
Veamos, tenemos a Tom que llega a Sheridan con la promesa de un pueblo en crecimiento. Allí planea instalarse como herrero y anexar un establo, ni bien llega pide algunas señas sobre el pueblo. Cuando se dirige al establo para dejar sus caballos y carreta almacenados conoce a su co-protagonista en un encuentro lleno de malentendidos. Emily es una muchacha que no cumple con lo que se espera de las jóvenes de la época, le gusta pasar el tiempo trabajando en el establo junto a su padre, está estudiando para convertirse en veterinaria, se viste con ropas de hombre y no es muy ducha en las tareas domésticas. Así que el primer encuentro con Tom este la confunde con un muchacho, mete la pata haciendo comentarios desafortunados y al enterarse que planea abrir un establo se vuelve su enemigo declarado.
Emily vive hace un par de años en este pueblo junto a su familia compuesta por su padre Edwin, su madre Josephine y su hermanito Frankie. Se mudaron hasta estas tierras con la esperanza de que el clima de ese lugar mejorara el estado de salud de la madre. Pero eso no sucedió y ésta agoniza media novela aquejada por una enfermedad terrible que la consume lentamente. La enfermedad de la madre provocó que la rutina familiar cambiara drásticamente ya que no puede ocuparse de las tareas domésticas, las cuales se reparten entre todos con quejas y disgustos sumados al hecho de tener que cuidar de la enferma. Esto fue una de las primeras cosas que me molestaron de la historia, el hecho de que la familia solo apreciara a la madre como la esclava que se ocupa del hogar y que al enfermarse les arruinara su paz hogareña. A raíz de esto, Josephine termina invitando a su prima Fannie para que venga a ayudarlos con las tareas del hogar y cuidar de ella en lo que le quede de vida. Pero entre Fannie y Edwin hubo un amorío juvenil que ninguno parece haber olvidado ni superado.
Con la familia de Emily también vino el amigo de toda la vida, Charles. Este muchacho es la única cosa buena de este libro, el tipo más bueno, amable, paciente, generoso y desinteresado del universo. Y así como es de bueno todo el mundo lo da por sentado y lo pisotea, lo traiciona y lo lastima de forma muy cruel. Quiero robarme a Charles para hacerlo feliz y que nadie le haga más daño nunca más. Bueno derrapé porque amé a Charles durante todo el libro y me la pasé enojada por lo mal que lo tratan los otros personajes. Y no, no lo maltratan pero se cagan en él y le ven la cara continuamente.
En fin, volviendo a la historia, Charles está perdidamente enamorado de Emily y quiere casarse con ella. le vive insistiendo y Emily lo rechaza continuamente porque lo quiere como a un hermano pero nunca le dice lo que realmente siente por él de forma clara y concisa. Así que el pobre Charles le anda por detrás, la ayuda, la apoya y piensa que tarde o temprano ella lo terminará aceptando. Un día parece que por un comentario malinterpretado acepta casarse con él y Charles es la persona más feliz del universo, pero Emily está como... uy en qué me metí.
Se acuerdan del otro protagonista? Bueno, Tom empieza a construir su negocio y su casa en el pueblo ayudado por Charles que es carpintero. Así se van haciendo muy buenos amigos y se hacen varias confidencias, entre ellas nos enteramos que Tom está desencantado con las mujeres porque estuvo comprometido y ella lo terminó dejando para casarse con otro. Cuando me enteré de esto pensé que, si había sufrido esa situación, no iba a ser tan choto de terminar enamorándose de la prometida de su amigo... pero qué ingenua esta Antonella, bah era sabido que iba a pasar y por eso me la pasé renegando toda la lectura. Me chocaba que los otros dos se enamoraran, según ellos, siendo que ella estaba comprometida y él era el "mejor amigo" de su prometido. Además, Tom me cayó muy mal por comentarios machistas y desubicados que hace. Cuando cuenta lo que pasó con su prometida demuestra estar sumamente despechado y tenerle bastante rechazo a las mujeres, a las que trata de perras, volubles y prácticamente interesadas. También habla de su ex prometida como si hubiese sido algo de su propiedad que otro hombre le robó y se la pasa tratando de marimacho a Emily hasta que la empieza a ver vestida como "mujer".
Además ambos consideran que aman al otro casi sin conocerse y por haber cruzado un par de palabras sinceras después de pasarse los primeros capítulos gruñéndose. Y no, chicos, seamos buenos! Lo que ustedes sienten es atracción, no amor posta. Y cuando empieza a haber mayor atracción entre ellos se la pasan hablando del pobre cornudo de Charles mientras se besuquean y manosean. En serio? Me encanta cómo respetan y consideran a su amigo, eh, para amigos como ustedes dos quién necesita enemigos?
Y Emily no se salva en la volteada, pensaba que por el tema de que quiere ser veterinaria y que no es sumamente femenina me iba a caer bien. Pero lamentablemente con el correr de las páginas mi opinión sobre esta muchacha fue decayendo cada vez más y más. Primero que sus amor por la veterinaria se va volviendo cada vez más algo secundario a medida que su romance va creciendo. Y segundo que tiene una "amiga" muy coqueta y superficial que empieza a salir con Tom en un principio y a ella tampoco le importan los sentimientos de su amiga, a la que considera una tonta y no entiendo por qué la aguanta si tanto la irrita. Pero lo cierto es que la personalidad de Emily termina siendo bastante remilgada, no fue lo que parecía, los comentarios sobre su forma de vestir y su personalidad sí le terminan afectando y medio va modificándolos con el correr de las páginas. Y lo que más me molestaba de ella era justamente esa falta de carácter a la hora de sincerarse con las personas que la rodeaban y no decirles la verdad sobre lo que sentía. Primero nunca le dice a Charles que no lo quiere como hombre, que no le mueve un pelo ni siquiera cuando están a punto de casarse. Ni que hablar que tampoco rompe su compromiso cuando empieza a besuquearse con Tom, lo extienden muchísimo al golpe de gracia para terminar con una escena bastante deplorable donde los dos tontos quieren demostrar quién es más macho desquitándose a trompadas. Emily finje que su amistad con Tarsy es sincera pero piensa muy mal de ella, la envidia y tampoco es honesta con ella hasta que ya es demasiado tarde.
Entiendo que la época en la que la historia está contextualizada influye un montón en las formas de ser, las costumbres y las mentalidades de la gente. Pero me molestaron tantas actitudes, comentarios y pensamientos machistas que abundan en esta novela. Desde la idea de que la mujer tiene que estar dedicándose a la casa con una sonrisa y dedicación, los comentarios con toques de misoginia de Tom y de otros hombres también, las relaciones de amistad tan falsas y superficiales donde ideas machistas tiñen muchas interacciones, entre otras.
En cuanto al estilo de Spencer, sigo admirando su capacidad para describir paisajes y sensaciones. Pero en este libro no pude apreciar el romance por todas las cosas que ya dije, los protagonistas me desencantaron mucho que no me involucré ni un poco con su relación y me la pasé quejándome por lo desconsiderados y egoístas que eran al avanzar en un amorío sabiendo que estaban traicionando al pobre Charles que no se merecía tal deshonestidad de su parte. Además Charles fue tan buen tipo hasta el final con estos dos incluso cuando ninguno se merecía el cariño y dedicación que les profesaba. Así que estoy enojada por la forma en que trataron al único personaje rescatable y adorable de esta historia. Exijo una secuela donde Charles encuentra su final feliz bien merecido.

Este libro lo leí en mi adolescencia (hace ya más de la mitad de años de los que tenía en ese momento) y he de confesar que lo leí más de una vez, aún recuerdo detalles de ambos personajes porque me enamoré de los dos a primera leída, él tan lindo con esos ojos azules y un solo hoyuelo en un lado de su mejilla, un tanto fanfarrón pero sin quererlo, ella tan falta de femineidad, un poco arrogante, pero con una personalidad fuerte y libre para la época en que está ambientada la historia. Ese amor que comienza con un odio casi visceral en el primer encuentro y que luego inevitablemente se convierte en un amor pasional y tierno, logró cautivarme y quedará por siempre en mi memoria como uno de mis primeros libros de romance que casi leía a escondida por vergüenza, pero que devoraba con ansias para llegar a las partes más candentes.